miércoles, 20 de agosto de 2014

CAPITULO 5

Un largo día



Me despierto con el olor del café recién hecho. Si no me equivoco,también huelo cocinar tocino. ¿Cómo puede ser eso? Todo lo que tiene Pedro en su frigorífico son envases viejos de comida y no comida real.  

Me levanto de la cama y camino tranquilamente por el pasillo.


Al entrar en la cocina, me doy cuenta de que Pedro está de pie en frente del fogón dando la vuelta al tocino en la sartén. Sólo lleva un par de pantalones vaqueros desteñidos de cintura baja. Pedro sin camisa, ¡Sí, por favor! Su cabello todavía se ve húmedo por la ducha. Mmm, Pedro húmedo  
y jabonoso. Tengo que dejar de fantasear con Pedro en la ducha. ¡Céntrate Paula! Puedo ver que el tatuaje en su cuello no es el único tatuaje en su cuerpo. Él tiene uno en su bíceps izquierdo, en la espalda y en la parte interior de su antebrazo derecho. Mi atención pasa al tatuaje de su espalda.  

A la luz del día, consigo echar mi primer buen vistazo a su tatuaje más predominante. Tiene un segador de perfil que sostiene una guadaña, que muy bien podría cubrir la totalidad de la espalda. La palabra MAYHEM en intrépidas letras negras, está encima del segador y abarca los omóplatos.


Dios, se ve tan delicioso que casi no puedo concentrarme en la comida que está preparando. Los músculos de su espalda se ondulan cuando le veo agarrar una barra de pan de una bolsa de papel sobre la encimera y poner dos rebanadas en la tostadora.


-¿Cuándo has ido de compras? - pregunto .- Muy casero - digo reprimiendo una risita.



Se da la vuelta, pero se detiene para darme una mirada apreciativa de pies a cabeza. A la luz de la mañana, casi no puedo notar el corte en el labio de la noche anterior. Pensé que iba a tener un ojo negro también, pero la hinchazón ha bajado y no veo ninguna contusión. Dios, parece tan sexy por la mañana.


- Salí hace un par de horas y me detuve en una de esas tiendas de 24 horas de comestibles en la carretera y compré todo lo necesario para el desayuno. Pensé que tendrías hambre cuando te despertaras esta mañana,teniendo en cuenta que no llegamos a cenar anoche - dice esto sonando con doble sentido.


- Vaya, eso es muy considerado. Huele muy bien y me muero de hambre - le digo mientras mi estómago gruñe. Pedro se ríe. Dios, me encanta ese sonido.


Me siento en una de las dos sillas ubicadas cerca de la isleta en la cocina. Pedro me da una taza de café y coloca un poco de crema y el azúcar en frente. También hay dos vasos de jugo de naranja y rodajas de algunas frutas en un plato en la encimera. Mientras estoy preparando mi café, coloca la comida en los platos y se apropia de algunos utensilios y luego los coloca frente a mí también. Una chica podría acostumbrarse a esto.


- A comer.  

Así que lo hago.- ¡Que rico!


Cuando terminamos de comer, Pedro me dice que vaya a ducharme y a prepararme para el trabajo, mientras que él limpia los platos. Antes de salir de la habitación para ir a la ducha, le doy un suave beso en los labios y susurró : -Gracias por el desayuno y todo lo demás. - Me giro y me dirijo hacia el baño rápidamente, antes de que tenga la oportunidad de responder.  

Una vez que he terminado de hacer todas las cosas de chicas que hago para prepararme para afrontar el día, escojo un bonito conjunto de blusa de seda color rosa pálido con un dobladillo asimétrico que cae en todos los lugares correctos, pantalón de vestir gris de pierna ancha y botas altas de ocho centímetros de tacón. Entro en la sala de estar y Pedro me está esperando. Una vez más, él me mira y sonríe. 

- ¿Qué? - le digo.

- Te ves hermosa.  


- Gracias.


-¿Qué haces, cariño? - me pregunta.


- ¿Perdón? - No estoy segura de lo que está preguntando.


- Tu trabajo, ¿qué haces?


- Oh, soy maestra.  


- ¿La escuela primaria?  


- No, enseño en el Instituto Regional Del Mar.  


- No es bueno nena - dice frunciendo el ceño.


- ¿Por qué no es bueno, Pedro? - le pido. 


- Cariño, yo era un adolescente punk con las hormonas alteradas, ya sabes.  


- Entiendo eso Pedro, pero ¿qué tiene que ver con mi enseñanza?  


- Bueno, te ves tan ardiente con lo sexy que te vistes, estoy pensando en que los chicos que van a estar excitados durante todo el día. No van a aprender demasiado - dice . -Además, sabes que cuando piden permiso para salir, ellos van al baño para masturbarse.  


¡OMD! ¡No puedo creer lo que acaba de decir! Ahora voy a pensar en eso, cada vez que un estudiante solicite un permiso. ¿Y dice que me visto sexy? Me sonrojo en respuesta.


Camina lentamente hacia mí, tocando mi cara con una mano y murmura : -Me encanta esto. No puedo esperar para ver si todo tu cuerpo se vuelve de ese color, cuando estás excitada.


Quita su mano de mi mejilla para agarrar mis dedos. Siento que sitúa algo en mi mano. Miro hacia abajo, a mis llaves del coche.


- Vamos a tu trabajo, nena.  


- Puedo ir a trabajar bien yo sola, sabes.


- Sólo voy a seguirte para asegurarme de que llegas allí sana.


¡Awwww! Eso es muy tierno. ¿Quién es este chico y que ha hecho con Pedro?

Me dirijo a mi coche y Pedro se dirige a por su impresionante Harley.


Estoy tan celosa de él en estos momentos. Cuando oigo arrancar ese chico malo, recuerdo como monté en la parte trasera de su moto con él anoche y lo mucho que lo disfruté. 


Sonrío ampliamente. Cuando le miro por el espejo retrovisor, Pedro está señalando con las manos para movernos. Así que yo me muevo.


Cuando llegamos a la plaza de estacionamiento de la escuela secundaria, apago mi coche a la vez que Pedro está estacionando junto a mí. Salgo de mi coche y él desmonta de la Harley y me tira contra su pecho.


- ¿Cuánto tiempo has estado enseñando? - me pregunta.


- Ayer fue mi primer día.  


- ¿Sabes cuántas fantasías voy a tener hoy sobre mi traviesa maestra sexy?


- No.


- Demasiadas para contarlas con la mano.  


¡OMD!


- Ahora que has llegado hasta aquí de una sola pieza, voy a ir al bar y hacer un poco de trabajo de preparación antes de abrir.  


- Está bien, ten un buen día en el trabajo Pedro.

- Tú también, magnífico... Oh, ¿y Paula?  


- ¿Sí?


-Ven al bar cuando termines de trabajar, pero no lleves a ese imbécil con el que estabas ayer.  


- ¿Y si me pide que vaya a tomar algo de nuevo?


- Dile que estás conmigo ahora para parar toda esa mierda.  

- No puedo hacer eso.  


- ¿Por qué diablos no? - gruñe.

Y ahí va dulce Pedro.  


- Bueno, no estoy contigo. No estamos juntos, juntos. Solo me proteges de esos tipos locos que estaban en el bar, la noche pasada.


- Tú estás conmigo. Y estamos juntos, juntos. Tal vez no follamos anoche, pero lo haremos. Ahora, ¿qué vas a decir al Chico Brunito si te pide ir a tomar algo más tarde?  


- ¿Cómo sabes su nombre? - le pregunto.


- Presté atención anoche, nena. Oí todo lo que hablasteis, por lo que te oí llamarlo por su nombre - responde . - Ahora, ¿qué vas a decir?  


- A-A-A la mierda y que estoy contigo.


- Eso es lo que me gusta oír.  

Con eso, sonríe, cierra de golpe su boca contra la mía para un beso de despedida y luego da marcha atrás hacia su motocicleta. Dios, tiene un culo para morirse. Podría mirarlo durante todo el día. Con ese pensamiento, se sube a su Harley, arranca el motor y sale fuera de la zona del estacionamiento.


Cuando me doy la vuelta, Bruno está mirándome como si hubiera un monstruo de tres cabezas comiendo mi cara. 


Viste una camiseta de manga corta blanca con pantalones de chándal azul marino y zapatillas de deporte.


Tiene los brazos cruzados sobre el pecho y se ve mayormente cabreado.


- ¿Qué fue eso Paula? -  pregunta, atacando.


 Eso fue Pedro - le contesto.  


- ¿Es el camarero de anoche?  


- Sí lo es, pero también es el dueño y tiene un cuerpo muy sexy. - Oh,mierda ¿Acabo de decir eso?


- Um... bueno, ¿pensé que nosotros teníamos algo?  


- Lo siento Bruno, no me di cuenta de que eso era lo que estabas pensando cuando me preguntaste para tomar algo. Sólo pensé que era como amigos.


- No Paula, ¿por qué crees que te invité a mi casa? ¿En serio? ¿Ese tipo? Es conflictivo. - Se podía ver la ira en sus ojos. Quiero decir ¿Qué está pasando? ¿Por qué está siendo así?  

- ¡Lo siento Bruno! Pero no estoy interesada en ti de esa manera. Sólo pensé que querías pasar el rato y tomar una copa. Soy nueva en la ciudad y me vendría bien algún amigo.


- Por lo menos yo no solo quiero meterme en tus pantalones como ese tipo Pablo quiere. - Vociferó.


- Um, ¿perdón? Por un lado su nombre es Pedro, y por otro, no se ha metido en mis pantalones. Y PARA TU INFORMACION, nunca te dejaría entrar en los míos. ¿Qué es lo que te pasa?  


Empiezo a alejarme de su lado, pero algo me atrapa por la parte superior del brazo. En serio, ¿otra vez? Me doy la vuelta y tiro del brazo a distancia, mientras que siseo.


- ¡No vuelvas a poner tus manos sobre mí de nuevo!  

De repente, el rostro de Bruno se ve pálido y se puede ver el miedo en sus ojos. Nunca pensé que G.I. Jane diera miedo. Lindo, me gusta. Ves, ¡nadie me jode! Eso hace que la situación sea mucho mejor.


- Eh bombón, mete tu culo en la escuela - alguien detrás de mí me exige.

- ¿Qué?


Me doy la vuelta y hay él hombre más aterrador que he visto en mi vida.


Él mide por lo menos dos metros y pesa alrededor de ciento cuarenta kilos.


Apenas se puede ver su rostro, ya que está cubierto de mucho vello facial Santo Sasquatch (pie grande)  y su cabello está recogido en una cola de caballo en la parte posterior de la cabeza. Lleva una camiseta blanca ajustada a sus
músculos y sobre ella, un chaleco negro de cuero descolorido, junto con un par de jeans oscuros que habían sido hechos para él. Quiero decir ¡Guau!


- He dicho que a la escuela. ¡No te lo voy a decir de nuevo!  

- ¿Quién eres tú? - le pregunto. Quiero decir que si alguien va a estar diciendo a G.I. Jane qué hacer, ella quiere saber quién es. Él no contesta.


- Está bien. Él sólo se va a ir - le digo.


- No, él y yo vamos a tener unas palabras. No puede tratar a una mujer de esas maneras  gruñe.


- ¿Qué coño has dicho? - Bruno pregunta sonando divertido.


Confía en mí imbécil, que no quieres saber lo que pasar sinno me escuchas. - Guau, es aterrador.           

- Sí, bueno, puedes seguir tu camino, Ella y yo vamos a tener unas palabras que no son de tu incumbencia - Bruno responde.


¿Es estúpido? Quiero decir, Pedro da miedo, pero este chico es diez veces más temible.


- No, lo siento Bruno, hemos terminado y no te acerques a mí otra vez - le digo.


- Si te vuelves a acercar a ella y estarás buscando problemas - dice Sasquatch.


- Está bien, me voy ahora.  


-Está bien, Caramelo, voy a estar por aquí.  


- Es Paula, no Caramelo.  


- Ok, Caramelo. - Se ríe. 

Supongo que será mi apodo, de ahora en adelante.


- Yo estaré aquí si me necesitas. Tengo que ir a llamar a Pedro y contarle lo que acaba de suceder. - Oh, él es uno de los chicos de Pedro.  


- De verdad que no tienes que cuidarme. Estaré bien. Él no necesita saber nada sobre esto.

- Probablemente no, porque estoy seguro de que ese idiota te dejará en paz ahora - Sasquatch está de acuerdo mientras camina a través del estacionamiento hacia un SUV negro.


Este va a ser un día largo.


Afortunadamente, como Bruno es el maestro de Educación Física,sus clases están en el gimnasio. Eso significa que se encuentra en el lado opuesto de la escuela, de donde se encuentra mi clase. Las posibilidades de toparme con él son casi nulas.


Estoy sentada en mi escritorio en mi clase tratando de luchar a brazo partido con lo que acababa de ocurrir. Tal vez, hoy vaya a almorzar fuera,me digo a mi misma. De esa manera puedo evitar entrar en la sala de profesores y los problemas potenciales con Bruno. 

No me preocupaba llegar a un acuerdo sobre el hecho de que G.I. Jane había sido maltratada por alguien que parecía ser el mejor hombre del mundo. ¡Oh, no!, estaba más desconcertada por el pequeño detalle que Pedro había olvidado mencionarme. Bueno, supongo que no tan pequeño,ya que es un gran hijo de puta Sasquatch.


Pedro podía haberme avisado. Tengo que decidir de una puta vez si este sentimiento en la boca del estómago se debe a que estoy asustada o más bien es por los sentimientos que estoy empezando a tener hacia mi atractivo,tempestuoso motorista. Al parecer, él era el mío, ¡me gustara o no!


Ahora son las tres de la tarde y mi última clase se ha acabado. ¡Dios qué día! Me gustan mucho mis alumnos. Ellos son en su mayoría de buen comportamiento, pero siempre hay uno o dos listillos, pero son inofensivos.
Y gracias a Dios, ¡sólo un estudiante masculino pidió un permiso para salir!


También estoy contenta de que no me encontré con Bruno en todo el día, ya que hubiera sido totalmente incómodo.


Me estoy dirigiendo al estacionamiento cuando veo la moto de Pedro rugir. ¿Qué hace aquí? Además, pensé que quería que yo fuera allí después del trabajo. Estaciona su moto y se dirige hacia mí. Puedo ver la expresión tensa en el rostro. No se ve feliz.


- Cariño, ¿por qué no me llamaste? - me pregunta.


- ¿Qué quieres decir?  


- Sobre ese maldito idiota.  


- Bueno, no quería molestarte. No fue nada.


- Cuando otro hombre pone sus malditas manos sobre ti, siempre es algo. Según lo que dice Gunner, fue bastante áspero. Todavía quiero saber ¿Por qué no me llamaste?  


- Bueno, no sé tú número y no tenía exactamente un listín telefónico a mano - le respondo sonando sarcástica. No sé por qué, pero sus labios se convierten en una leve sonrisa cuando digo esto .- Además, no era nada que no pudiera manejar - agrego.


- No nena, nunca debes tener que aguantar esa mierda. ¿Hiciste un informe en la oficina?


No, no creo que vaya a hablarme de nuevo.Gracias a Dios . ¿Así que su nombre es Gunner? ¡Yo lo llamo Sasquatch! Pedro lanza su cabeza hacia atrás y tiene la risa más increíble que he oído en mi vida.


- Sólo tú puedes sacarme de un ambiente cabreado y hacerme reír.  


Oh, Dios mío. Me encanta el Pedro dulce.  


- Bueno, me alegro de que te divierta, pero realmente creo que el nombre le encajaría mejor.  


- ¿Por qué no te llevo a cenar?  


- Está bien.  


- Podemos volver a por tu coche después.  


Me toma de la mano y me lleva hasta su moto, donde me pasa mi casco.


Me lo pongo y me subo en la parte posterior de la moto con las piernas y la ingle abrazando el culo de Pedro, y mis manos apretadas sosteniéndose alrededor de su abdomen. Guau se siente jodidamente increíble.

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