sábado, 30 de agosto de 2014

CAPITULO 30

Devon
 

Cinco días después…


Entro al estacionamiento del hospital para mi primer control prenatal. Patricia no quería que viniera sola, pero si Pedro no podía estar aquí para experimentar esto conmigo, no quería a ninguna otra persona conmigo. 



Todavía estoy lidiando con el hecho de que Pedro nos hubiera dejado, todavía no puedo creerlo. Me dijo que no creía que fuera ser un buen padre, pero yo sé que sería un excelente padre.



Me dijo que me ama, a mí y a este bebé y que quiere lo mejor para nosotros. De lo que no se da cuenta, es que él es lo mejor para nosotros.  



Después de enterarme de que estaba embarazada, pude ver el pánico en sus ojos desde el principio, pero él seguía asegurándome que todo estaba bien. Pero todo estaba lejos de estar bien.



No tengo idea de donde está Pedro, espero que pueda enfrentar esta situación. Es triste pensar que él tiene una opinión tan baja de sí mismo.



De todas las cosas malas que Pedro ha hecho en su vida, las buenas las superan ampliamente. Si tan solo el pudiera ver esto de él, si pudiera verse como yo lo veo.



Él quiere que me mude de vuelta a Boston con Pato y Karen, pero no lo hice. No me daría por vencida sobre nosotros todavía. No se termina hasta que G.I Jane diga que termino. Me detengo al lado de mi coche, frotándome ausentemente mi panza de embarazada que aún no tengo, tratando de evitar que las lágrimas que luchan por salir, salieran; lo extraño muchísimo.



Camino hacia el hospital cuando lo siento, una aguda sensación de escozor a un lado de mi cuello, como si fuera el pinchazo de una aguja.   



Sin tener la oportunidad de darme vuelta para ver qué sucede, todo se vuelve negro.




Abrí mis ojos, pero todo se siente extraño, me siento como drogada y lucho para mantenerme despierta.



Parece como que no puedo mover ni mis brazos ni mis piernas.


Levanto mi cabeza, he intento mirar lo que me rodea. No puedo ver nada. ¿Qué demonios está pasando? ¿Dónde mierda estoy?  


- ¡Pedro! - grito en pánico antes de desvanecerme nuevamente en la oscuridad.  



Recuperé la conciencia, aun sintiéndome un poco drogada. Intento mirar a mí alrededor otra vez, pero todo estaba negro. Parece como si alguien me hubiera vendado los ojos. Intento mover mis brazos y piernas de nuevo, pero no puedo. Definitivamente me siento como si estuviera acostada en una cama con mis manos atadas sobre mi cabeza. Algo lastima mis muñecas y tobillos cuando intento mover mis extremidades.



Sin poder ver, y teniendo la sensación de estar sola, puedo decir que estoy en alguna instalación como prisionera. 



Siento como si estuviera usando solo mis bragas.



El resto de mi piel se siente desnuda.  


Hay un sonido en la esquina de la habitación, y todo mi cuerpo se tensa.



- ¿Quién está ahí? - pregunto intentando sonar valiente y evitando llorar.



El sonido de pasos se acerca, y la venda es retirada. Le toma a mis ojos unos momentos el poderme ajustar a la luz, cuando veo a Axel inclinándose sobre mí.



- Gracias a Dios. Axel, sácame de aquí, ahora.  



- Eso no va a suceder, Paula - dijo fríamente.



- ¿Qué quieres decir? - le pregunto confundida.



- Has jodido todo para el club, así que ahora te joderemos a ti arremete casi gruñéndome.



- No entiendo - me quejo. Estoy tan asustada, no sé  qué está sucediendo ni donde estoy . ¿Cómo es que jodí al club?



- Mayhem ha tenido recientemente unas lucrativas oportunidades de negocios, disponibles para nosotros. El tipo de oportunidades que nos haría ganar muchísimo dinero. Tanto dinero que no tendríamos que hacer nuestra mierda de trabajo diario. ¡Pero por su puta, Pedro no quiere saber de nada! - el escupió sobre mí, al mismo tiempo que me abofetea con el dorso de su mano.



- Otra vez, ¿cómo lo jodí para ti? Nunca le dije a Pedro como manejar los asuntos del club. Eso depende de él. - Finalmente me quiebro y lloro, y nuevamente me golpea con su mano.



- Sé que sabes acerca de las drogas, pero no sé si te ha contado o no,acerca de cómo vamos a entrar al negocio de la trata de mujeres . Pedro está en contra de eso.



- ¿T…trata de mujeres? - tartamudeo intentando de que creyera que no sabía de qué me estaba hablando.  



- Sí, prostituyendo mujeres. Algunas vienen voluntariamente, otras no. Como tú.



- ¡Oh Dios mío! - me ahogo



- De modo que votamos, sin Pedro. El voto fue unánime. Librarnos de ti.



- ¡No! Estoy embarazada, no puedes hacer esto. Pedro confió en ti  - grito luchando con mis ataduras.  


Se ríe.



- No vamos a matarte puta, le di algunas oportunidades a esa bolsa de mierda de tu preppy ex, pero el idiota seguía cagándola. Y el triste intento de asustarte de Maca también fallo, entonces volvimos con nuevos planes.
Apuesto que te estás preguntando donde estas. Estas en una de las peores instalaciones que pudimos montar, a espaldas de Pedro. Te mantendremos drogada y atada, y entreteniendo hombres por el resto de tu maldita vida.
Aunque no sé qué tanta ganancia podremos sacar de una puta asustada como tú. Sobre tu bebé, el futuro es incierto. Quizás lo tengas o quizás no - se burla.



- NO puedes decir eso. Pedro los quiere como si fueran hermanos. 
¡Cómo puedes lastimarlo de esta forma, el me ama a mí y a este bebé! - él no nos quiere, intento mantener estos pensamientos lejos.



- ¡Jódete tú y tu bebé! - Él me golpea nuevamente y me desmayo por el dolor abrasador.



Cuando me despierto, continuo mareada y con nauseas. Axel debe haberme drogado nuevamente, porque me resulta muy difícil mantener mis ojos abiertos. Escucho voces en el pasillo, justo fuera de la puerta de la habitación en la que estoy encerrada.  



Pedro entro a la habitación con otro hombre. Aunque no estoy demasiado alerta, mi cuerpo se tensa cuando vi un rostro familiar que me mira. El hombre con cabello marrón oscuro y barba me mira furiosamente, haciéndolo parecer más peligroso aun que aquella última vez que lo vi. Es
Hunter, el motorista que me ataco aquella primera vez en el bar de Pedro. 


Intento luchar con la bilis que subió por mi garganta.  

- Eres su primero John. Desafortunadamente para ti, ella ya no es virgen. Ryder ya se encargó de eso, hombre - dijo Pedro golpeándole la espalda.



- Mierda, ¿enserio?, yo pensaba desgarrarla esta noche.



- ¡Oh! Estoy seguro de que aun así, podrás hacer algún daño esta noche - dijo riéndose, mientras sale de la habitación.  



El aterrador motorista inmediatamente cerró la puerta y dijo : -No queremos que nos molesten ahora ¿verdad?



Recuerdos de mi reciente secuestro por Mateo, pasan a través de mi cabeza y comienzo a tironear de la cama, las ataduras cortan mi piel.


Acechando sobre la cama, él tomó mis muñecas y pude sentir su aliento caliente en mi cara.



- Por favor no me lastimes - balbuce. Esto no podía estar pasando nuevamente.


- Cierra los ojos y duerme - susurró



Mis ojos se cierran y no hay nada que pueda hacer al respecto, por las drogas que circulan por mi sistema. Mis ojos se cierran contra mi voluntad, y me desvanezco en la oscuridad, nuevamente.



Cuando vuelvo en mí, las palpitaciones en mi cabeza son tan intensas que siento que voy a vomitar. Siento que las ataduras de mis muñecas y tobillos ya no están. Puedo ver las marcas de sangre seca alrededor de ellas y las siento palpitar. Me siento aun desnuda pero con mis bragas puestas y con una manta sobre mí.  



- Estás despierta - dice una voz en un rincón de la habitación.



Grito en respuesta.



Hunter rápidamente corrió a un lado de la cama, e intento luchar para alejarme de él, pero termino cayendo por el borde de la cama al piso.  


Se montó a horcajadas sobre mí, cubriendo mi boca, siseó : -Cálmate malditamente y estate tranquila. ¿Si saco la mano de tu boca, prometes no gritar? - asiento mirándolo directamente a los ojos.  



Entonces saca su mano de mi boca, permitiéndome hablar.



- Creo que voy a vomitar - digo mientras giro mi cabeza y vomito. Me tomo por los brazos, alejándome del suelo sucio .- Por favor no me lastimes,estoy embarazada - imploro



- No voy a lastimarte a ti o a tu bebé, estoy aquí para ayudarte. - Sus ojos son ahora más amables. ¿Qué dijo?



Me sentó en la cama y se alejó de mí, sacándose su sudadera. Notando el pánico en mi cara cuando comenzó a desvestirse, rápidamente dijo :- Solamente me la estoy quitando para que puedas vestirte con algo.  Debestener frio, Paula. - Ahí es justo cuando recuerdo que solo llevaba puesta mis bragas. El me alcanza su sudadera y agradecidamente me la pongo. Dado su tamaño me llega a las rodillas.



Me senté de nuevo en la cama, doblando mis rodillas de modo que me quedarán dentro de la sudadera y así mantenerme caliente, y le dije : - Necesito irme de aquí, ahora.   


Sentándose al lado mío, me responde :- Nos iremos, pero debemos pasar la noche aquí.


- No entiendo, ¿Qué está pasando?


- Mi verdadero nombre es Dario Ryan, Soy un agente encubierto del departamento de policía de Del mar. Mi compañero Jose De luca y yo nos hemos infiltrado en el Mayhem y el club de motoristas Devil’s para destapar el negocio de la prostitución y tráfico de drogas que han llevado adelante en los últimos seis meses.  



Me lo quedo mirando en shock



- Pensamos que Pedro era el cerebro de la operación, pero resulta que Axel ha estado llevando estos asuntos a espaldas de él. Mi compañero me informo de los planes que Axel y el resto del club tenían para ti. Hay un equipo especial reunido planificando un allanamiento a los locales. Desafortunadamente eso lleva tiempo. Vine aquí y te compre por una noche,de modo que nadie pudiera tocarte. Maldito Pedro por ponerte en esta situación.



- Según tú, él no tenía idea de lo que sucedía a sus espaldas. Entonces el no pudo saber que me estaba poniendo en peligro. De hecho hizo todo lo posible para protegerme.



Hasta el momento en que se enteró de que estaba embarazada.
Entonces me dejo sola, desprotegida.



- No te enfades con él, Paula. Él piensa que esta gente son sus hermanos y que le cubrirán las espaldas. Sabes también como todos, que a veces la gente nos engaña y te hacen creer que se preocupan por ti, pero todo el tiempo quieren hacerte daño. Mira lo que sucedió con Mateo. Él te ama. - dijo firmemente.



- Sé que lo hace. Pero no soporta estar cerca de mí o de este bebé. Él no nos quiere.



- Él es un hombre. A veces hablamos sin pensar o hacemos cosas malditamente estúpidas. Sé que Pedro volvió a la ciudad esta mañana.
»Cuando no te encontró en tu casa, fue hasta el hotel para ver si estabas con Patricia y Karen. Ellos han estado buscándote implacablemente. Puedo decirte que él se está volviendo malditamente loco por no saber dónde estás.



Oh Dios mío, ¿Acaba de decir que Pedro está nuevamente en la ciudad? - Necesito verlo
 


- Y lo harás. Solo tenemos que esperar hasta que el equipo de asalto llegue. Porque no te acuestas e intentas descansar un poco. Te despertaré cuando llegue el momento.



- No creo que pueda, no siento sueño. - Bostezo haciéndome parecer una mentirosa.  


Dario se recuesta en la cama y me tira contra él para calentarme.Siento mucho frio y el calor de su cuerpo se siente muy bien.  



- Shh Paula, tienes que descansar. Has pasado por mucho hoy - me dijo con dulzura en mi oído .- Duerme. - Mis ojos inmediatamente se cerraron.



Me desperté a la mañana siguiente temprano con el sol brillando en la ventana.



Dario está sobre la puerta escuchando, luego despacio y
silenciosamente, la abre y sale.  


Esta fuera por lo que pareció una eternidad, y comienzo a
preocuparme.  


- Vamos Dario ¿Dónde estás? - me digo a mí misma.



Las drogas parece que ya han salido de mi sistema, porque me encuentro pensando con claridad de nuevo. Luego me di cuenta. Ellos me drogaron y estoy embarazada, ¿habrán lastimado a mi bebe? Me acuesto en la cama en posición fetal y comienzo a sollozar. Dario vuelve a la habitación y me hizo señas para que lo siguiera.  



- Vámonos, el equipo de asalto está justo fuera de la propiedad y está despejado. Es el mejor momento para que salgamos de aquí.



Lo alcancé y me tomó de la mano, arrastrándome fuera al pasillo para escabullirnos. Podía oír los gemidos de placer y llantos de agonía de las distintas habitaciones que pasábamos y me estremecí. Esa podía haber sido yo. Me solté de la mano de Dario y cubrí mis oídos mientras que atravesábamos el pasillo y llegábamos a unas escaleras. 


Corrimos escaleras abajo, necesitábamos salir de aquí rápido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario