sábado, 30 de agosto de 2014

CAPITULO 31




¿A quién eliges?


 
En cuando llegamos a la parte inferior de las escaleras, vi de inmediato a Pedro. Sintiendo nuestra presencia, Pedro se dio vuelta, fijó sus ojos en los míos y empezó a correr hacia mí. A mitad de camino, sus ojos miraron a mi izquierda y sé que finalmente vio a Dario. Deja escapar un gruñido salvaje y se lanza hacia él. 


- ¡Voy a matarte, maldición! - ladra, montado sobre el cuerpo de Dario y dándole puñetazos en la cara una y otra vez,hasta que se queda fláccido.  


Así es como debe haber sido cuando vio a Mateo atacarme . 


-¡Tú, maldito pedazo de mierda! ¡Nunca la tocaras otra vez! - grita.


Escupiendo en la cara de Dario, Pedro continúa su asalto. 

 
Oh, Dios, él piensa Dario me hizo esto. Trato de detenerlo y grito : - ¡Para, Pedro!  


Oigo pasos detrás de mí. Con la esperanza de que sean los refuerzos de Dario, giro rápidamente mi cabeza, pero mi cuerpo se queda quieto. Son Alex y Diesel.


No, no, no. Esto no puede estar pasando. Empiezo a temblar y sollozar.


Pedro detiene su ataque. Levantándose, se da la vuelta con sus ensangrentadas manos en puños a los costados.


- ¿Qué estás haciendo aquí? - pregunta Alex a Pedro.  


- Recibí una llamada donde me decían que podría encontrar a Ella aquí. Una mejor pregunta es, ¿qué coño estás haciendo tú aquí? - pregunta, pareciendo confundido.


- Nos dimos cuenta de dónde estaban reteniéndola. Vinimos a rescatarla y llevarla contigo.


Empiezo a flipar y gritar :- ¡Eso es una maldita mentira! - le digo todo lo que recuerdo de anoche.


Pedro está ahí, apretando la mandíbula con una mirada de incredulidad, diciendo :- No hay puta manera.


Me mira con una expresión oscura e incrédula.  

¡Oh, Dios mío! ¿Acaso no me cree?


Alex se acerca a Pedro, agarrándolo por los hombros, diciendo : - ¡Vamos, hombre! Está drogada y alucinando. No sabe de qué coño está hablando. Hombre, somos tus hermanos. Nunca haríamos cosas así a tu mujer y bebé. Eso es jodido. Hunter la atacó el primer día en que entró en el bar. Tiene que ser él. Pedro, está tratando de hacer que nos des la espalda.
Somos tu familia y siempre lo seremos. Es el momento de decidir. Tienes que escoger, ella o nosotros. ¿A quién eliges?


Él me mira por encima de su hombro y veo que aprieta la mandíbula. 

Se ve enojado.


Vuelve la mirada e intercambia algún tipo de comunicación silenciosa con Alex y Diesel. Debido a que está de espaldas a mí, no puedo ver su expresión cuando los mira.


Mientras esto está ocurriendo, todo lo que puedo pensar es: “elígeme. Elígenos a nosotros.  Elige a nuestra familia!”


Disparándome otra mirada furiosa, me da la espalda y se va con los dos hombres.

- ¡No! - grito mientras camina por la puerta, dejándome atrás.


Realmente no debería sorprenderme su abandono. Se alejó de nosotros una vez, ¿por qué no iba a hacerlo de nuevo?


Caigo al suelo de rodillas, colocando mi mano sobre mi vientre y susurro:
- No nos escogió. - Mi labio inferior comenzó a temblar y pude sentir las lágrimas picando en mis ojos.


Pedro los escogió a ellos. A pesar de que nos ama, los ama más a ellos.


Me arrastro hacia Dario y veo que todavía respira. Gracias a Dios que no está muerto. Con la ferocidad del ataque de Pedro, pensé que lo había matado.


- Despierta, Devon. Tenemos que salir de aquí - digo ahogándome.


No me responde. ¿Qué voy a hacer? ¿Y dónde está ese equipo de refuerzo del que hablaba? Tengo que salir de aquí, si no es por Pedro,entonces por nuestro bebé.


De repente, oigo un rugido desde el exterior. Me seco las lágrimas y salgo corriendo sin pensar. Estoy sorprendida por la escena que está sucediendo.


Pedro se enfrenta al dúo, poniéndonos por encima a mí y a nuestro bebé. Saca una pistola de la cintura de sus pantalones vaqueros.
 

- Malditos, ustedes le hicieron esto, ¿no? - escupe hacia ellos.



Pedro, hombre. Somos hermanos. Mayhem es tu familia. ¿De verdad crees que haríamos cosas así? - le grita Alex de vuelta.



- ¡Ustedes. No. Son. Mi. Familia! Ella es mi maldita familia. ¡Ella y nuestro bebé, son mi familia! - grita. Incluso con la locura de la situación,una pequeña emoción pasa a través de mí cuando oigo esas palabras.



Pedro, tú y yo tenemos una historia. Hemos cuidado la espalda uno del otro desde que teníamos catorce años y estábamos en la casa de acogida.
Ese es un tiempo malditamente largo, hermano. Esta chica te está arrastrando de tu polla por ahí. Estás pensando con la cabeza equivocada, hombre. No puedes decirme que eliges a ese pedazo de coño sobre nosotros.
¡Puedes conseguir un coño en cualquier lugar! - gruñe.
- Déjala aquí y ¡vámonos!



- Estás muerto para mí. Mayhem está jodidamente muerto para mí.
Guárdense su mierda y déjennos ir, ¡o juro por Dios que voy a volar sus putas cabezas hasta que sangren en el suelo! - arremete.


Mira hacia atrás, me nota y me hace una seña para que me acerque a él. Cuando llego a su lado, pone su mano en mi cadera y me empuja detrás de él en una postura de protección; nos alejamos rápidamente.



Cuando subimos a su moto, una serie de eventos ocurren casi simultáneamente.



Oigo el sonido de un disparo, y al darme la vuelta veo que Alex tiene una pistola apuntando en nuestra dirección. Diesel saca un arma y la apunta hacia Alex, gritando : -¡Policía! ¡Suelta el arma!
Alex ignora la orden de Diesel y aprieta el gatillo otra vez. Diesel lo ve y responde con un disparo de su propia arma, derribando a Alex, pero ya es demasiado tarde. A mi derecha, casi al mismo tiempo, veo que Pedro salta delante de mí. Su cuerpo se estremece y cae al suelo boca abajo.



Me arrodillo junto a él, dándole vuelta, y ahí es cuando lo veo, el oscuro líquido rojo que se extiende por su pecho. 


Pedro ha recibido un balazo, sus ojos están cerrados y no responde a mis gritos.



- ¡Oh Dios! ¡Nene cariño, despierta! ¡Quédate conmigo! ¡Por favor, no te mueras! - Nada. No hay respuesta .- Pedro, por favor abre los ojos para mí - le ruego de nuevo. Mis labios se presionan contra él, deseando que abra sus ojos, pero aún no responde . -Te amo mucho, cariño. Por favor, ¡no nos dejes, Pedro!  



Con todas mis fuerzas, tiro de su cuerpo sin vida contra el mío,poniendo mi oreja contra su pecho. No escucho o siento el familiar sonido de los latidos de su corazón. Me quiebro hasta la histeria. Se ha ido y no hay nada que pueda hacer al respecto. Pedro recibió una bala por nosotros.  


¿Qué voy a hacer sin él?


Sin aceptar su muerte, agarro los lados de su chaqueta de cuero, tratando de sacudirlo hasta despertarlo. Veo que algo cae de su bolsillo.


¿Qué es eso? Me inclino, levanto una pequeña caja azul y la miro. Cuando la abro mi cuerpo empieza a temblar y lloro aún más porque este debería haber sido uno de los momentos más felices de nuestras vidas. Es un solitario y hermoso anillo de compromiso de platino. Tomo el anillo de la caja con dedos temblorosos y lo pongo en mi dedo anular izquierdo. Susurro “para siempre” en su oído.



Es entonces cuando siento un par de brazos envolverse alrededor de mi cintura, tirándome lejos del cuerpo de Pedro. Lucho tratando de liberarme, miro hacia abajo y veo la fuerza de vida abandonar su cuerpo. Su sangre está por todas partes, cubriendo su cuerpo, el suelo, su ropa, cabello y manos.


- ¡Oh, Dios! ¡Pedro está muerto! - grito. Los brazos que sosteniéndome me dan la vuelta y me encuentro mirando hacia los ojos de Diesel. Pongo mi cara en su pecho y continúo llorando incontrolablemente.



Hablando en voz baja, Diesel dice : -¡Mierda! No debería haberlo llamado para informarle dónde encontrarte. Si no lo hubiera hecho esto no habría sucedido. Él no sabía en qué se estaba metiendo. Por favor,perdóname, Paula.



- No fue culpa tuya. Tú no lo mataste, lo hizo su hermano - le digo mientras sollozos siguen atormentando mi cuerpo. Me sostiene apretadamente, dándome apoyo.


Mientras Diesel me está sosteniendo, otros agentes de la policía llegan a la escena y unos cinco minutos más tarde llega una ambulancia. Miro a los paramédicos que cortan la camisa de Pedro para abrirla y colocan un estetoscopio en su pecho. Comienzan a moverse frenéticamente,preparando el desfibrilador y colocando almohadillas en su pecho. Le dan una descarga.


No ocurre nada. Luego se repite el proceso.


Una vez más, no hay respuesta.


Todo mi cuerpo se estremece y me derrumbo en el suelo rodeada por los brazos de Diesel.



El sonido de mis gritos de angustia ahoga todos los demás ruidos a mí alrededor.



Pedro Alfonso. El amor de mi vida, el hombre que pensó que no sería un buen padre o esposo, dio su último sacrificio por su familia.  


Su vida.

2 comentarios:

  1. No puedo parar de llorar!!!!!!!!!!! Por favor necesito los próximos YAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!

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  2. Ayyy nooo,que sea mentira!!!
    Que no este muerto!!!
    Subi mas!!!!

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