miércoles, 27 de agosto de 2014

CAPITULO 24



Victoria’s Secret

 
La semana después del cumpleaños de Pedro pasó muy rápido y ahora estoy seriamente con ganas de pasar el fin de semana sola con Pedro. Recién salida de la ducha y parada desnuda en el vestidor, busco en los cajones, pensando que ropa interior ponerme. Caigo en la cuenta de que mi suministro de bragas es bajo. Pedro tiene este pequeño fetiche de arrancarme mis bragas que seriamente compromete mi selección. Sonrío, pensando en Pedro arrancándome las bragas en la sala de estar la noche pasada. Maldición, también era la más linda.  



Estoy pensando que necesito hacer un pequeño viaje al centro comercial y visitar Victoria’s Secret y pronto, cuando los brazos de Pedro se envuelven alrededor de mi cintura desnuda, empujándome hacia su pecho. Besando mi cuello y moviendo una de sus manos para gentilmente acariciar mi pecho, el murmura contra mi cuello:
- ¿Qué estás haciendo, nena?


- Estoy tratando de encontrar unas bragas que ponerme. Parece como que las has arrancado todas de mi cuerpo. Luce como si vinieran de una guerra, destrozadas - digo riéndome, mientras sus besos me hacen cosquillas en el cuello.


- Nena, deberías saber que no tengo problema con eso.


Pedro, Nene. Sé que no tienes problema con eso, pero tienes que saber que tengo que dar clase a chicos adolescentes en la escuela, como tú tan amablemente señalaste, probablemente estén en el baño masturbándose pensando en mí. No estoy cómoda yendo a trabajar sin ropa interior.


- Tiene sentido. Consigue unas bragas sexis, nena - me mira con una sonrisa sexy.


- Solo, si me prometes que no me las arrancaras. Tu sabes que puedes bajarlas por mis piernas y quitarlas, ¿verdad?


Siento todo su cuerpo temblar de risa, mientras dice : -No puedo prometerte nada. Cuando necesito estar dentro de ti, no puedo desperdiciar tiempo. Tan calientes como se ven en ti, bloquean mi acceso. Ellas son el enemigo, y el enemigo debe ser destruido.


 ¿Está mal que lo que dice me excite?


- Sus labios encuentras los míos, y mi lengua instintivamente busca el contacto con la suya. Dios, podría vivir solo de los besos de Pedro. El hombre es un Dios besando. Nos tambaleamos hacia la cama y estoy agradecida de no llevar ropa interior en el momento porque estoy segura de que me la arrancaría también



Acabo de estacionar en el estacionamiento del centro comercial y Diesel ha estacionado su Harley al lado de mi auto. El no parece exactamente emocionado por estar siguiéndome toda la tarde alrededor del centro comercial.


-  Amigo, no tienes que estar siguiéndome al centro comercial si no quieres.



-  Sí, tengo que hacerlo. Pedro quiere alguien contigo todo el jodido tiempo.

-  Estoy en el centro comercial de día, donde hay miles de personas.
Estaré bien. Cuando termine de comprar, te mandare un mensaje y podrás encontrarme de vuelta aquí.


Pedro no estará de acuerdo con eso.  


- Yo lidiare con Pedro.  


 Después de unos minutos más de convencerlo, Diesel se sube de mala gana a su moto y sale del estacionamiento.


Mientras hago mi camino dentro del Complejo Del Mar Shopping, los pelos en la parte de atrás de mi cuello se erizan por la extraña sensación de que estoy siendo observada. Quizás después de todo alejar a Diesel no fue una muy buena idea. Si algo pasa, Pedro enserio va a matarme.  


Rápidamente miro alrededor del estacionamiento buscando algún signo de Bruno, pero no lo noto a él o algo fuera de lugar.


 En serio,  Victoria’s Secret es una jodida bomba! Tengo por lo menos docenas de bragas y sujetadores a juego. Si, lo sé, solo es ropa interior lo que necesito, pero son conjuntos. No puedes comprar uno sin el otro, ¿verdad?


 De repente, tengo ese sentimiento de ser observada otra vez. Levanto mi cabeza del mostrador de lencería sexy y miro alrededor, pero no veo nada extraño. Solo debo estar imaginando cosas. Encogiéndome de hombros, me dirijo a los probadores para probar mis elecciones.


 Me pruebo los trece conjuntos y amo cada uno de ellos, y sé que Pedro lo hará también. A mitad de camino a través de mi ropa interior, miro al espejo y veo una sombra en el piso debajo de la puerta de mi probador.


- Hola, ¿quién está ahí? - No recibo ninguna respuesta y la sombra desaparece inmediatamente. Probablemente era una de las vendedoras. Me encojo de hombros.


Considerándolo todo, decidí comprar los trece conjuntos y un hermosa bata de seda verde azulada, para remplazar la que fue robada de mi departamento. Mientras estoy esperando por las vendedoras para que terminen de revisar mis compras, le escribo un mensaje a Diesel para hacerle saber que pronto estaré lista. El instantáneamente me contesta diciendo que estará ahí en quince minutos.


 Mientras salgo de Victoria’s Secret algo capta mi atencion. Observo mientras Bruno entra en la tienda de Footlocker justo al lado. Un pequeño estremecimiento atraviesa mi cuerpo. Entonces el sigue en la ciudad, pero ¿dónde se está alojando? Pedro no había sido capaz de encontrarlo en su casa. ¿Me ha seguido y observado todo este tiempo? El pánico me golpea y sé que tengo que salir de aquí ahora.


 Camino rápido hasta mi auto, pero noto que Diesel aún no está ahí.


Malestar me golpea mientras me aproximo a mi auto. Veo un pedazo de papel plegado en el limpiaparabrisas. Recogiéndolo, oteo el estacionamiento, aunque no veo nada. Abro la puerta y entro al auto, rápidamente bloqueándola de nuevo. Mientras espero por Diesel, desdoblo la hoja de papel. Leyendo el mensaje dejado para mí.


 Paula, todos los sujetadores y bragas lucen calientes como el infierno.
Especialmente el negro pequeño y el rosa que te pusiste en el probador. Aunque, tengo que decir, que lucen mejor afuera.
 PD: No necesitas una bata. Aún tengo la tuya.



 ¡Santa Mierda! No era un casual E&S allanamiento de morada.en mi departamento. ¡Era el jodido Bruno! Empiezo a enloquecer, cuando hay un golpe en mi ventana y grito.


-  ¡Jesús! ¿Qué demonios está mal contigo? - pregunta Diesel.


- Desbloqueo la puerta y le digo sobre ver a Bruno en el centro comercial y luego le muestro el mensaje que fue dejado debajo de mi limpiaparabrisas.  

El empieza a dirigirse hacia el centro comercial, pero lo detengo agarrando su brazo.


- ¿A dónde vas?


- Voy a encontrar a ese imbécil.


-  No, no me dejes sola. Necesito salir de aquí, ahora.


 Viendo mi pánico, dice : -Muévete, yo conduciré.


- ¿Qué?


-  Estas temblando, Nena. No puedes conducir así.


-  ¿Q… que pasa con tu Harley?


-  Le diré a una de los chicos que la recoja.


 Asiento y me muevo. Mientras Diesel me lleva de nuevo a la casa. Le mando un mensaje a Pedro con las manos temblando e informándole todo lo que pasó. Instantáneamente me responde, diciendo que estará en la casa cuando lleguemos.


 Cuando entro a la casa, Pedro arranca las bolsas de mis brazos y me abraza con fuerza, olvidando la compra de la nueva ropa interior completamente. Con mi cabeza descansando en su pecho, finalmente me rompo. Llorando en su pecho, Pedro se derrumba en el suelo conmigo y simplemente me sostiene mientras lloro.


Cuando finalmente termino de llorar, Pedro pregunta : -¿Dónde estaba Diesel, cuando esta mierda estaba pasando?


-  No fue culpa suya. Lo convencí de que estaría bien. Me imaginé que estaría bien en el centro comercial lleno de gente, que no podía pasar nada. Soy tan jodidamente estúpida - digo encogiéndome. En realidad no quería meter a Diesel en problemas. No fue culpa suya.


-  No eres estúpida, Nena. Solo prométeme que no iras a ningún lado sola. Perdería mi jodida mente si algo te pasara.

-  Lo prometo, señor - le aseguro.


- ¿Cómo te sientes? - pregunta.


-  Mejor ahora - contesto acurrucándome en su cuerpo.  

-  Te gustaría ir a pasear en la Harley - pregunta levantando las cejas.


-  Ah, sí, me gustaría - digo limpiándome las lágrimas cayendo por mi mejilla. Pedro agarra mis manos.sacándolas de mi cara. Remplazándolas con sus pulgares, continúa limpiando las lágrimas restantes.


-  Pensé que dirías eso - dice poniendo un suave beso en mi mejilla Y quizás, si te sigues sintiendo bien después del paseo, puedes mostrarme algunos de los Victoria’s Secret - sugiere.


- Quizás, si eres afortunado.


-  Paula, tu eres mía. Soy jodidamente el bastardo más afortunado.


Pedro se para y agarra mis dos manos en las suyas, ayudándome a pararme junto con él. Ambos nos equipamos y nos dirigimos hacia afuera donde esta estacionada la moto. Se monta en el asiento mientras observo, parada el lado de la moto. El extiende una mano para que la tome, lo que por supuesto hago, y subo detrás de él. Me deslizo más adelante en el asiento, así estoy tan cerca de Pedro cómo es posible, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura mientras sus manos agarran mis muslos y aprieta. Se inclina a un lado y me mira.


- ¿Alguna vez te dije lo sexy que luces en mi moto? - niego.

- La cosa más sexy que jodidamente he visto. Como que pone algunas ideas malvadas en mi cabeza. - Se gira otra vez y trae la moto a la vida. Los relajantes sonidos y vibraciones de la moto al instante me calman. Me inclino hacia el cuerpo de Pedro y descanso mi cabeza en su hombro. Nos saca de la acera y se dirige a la carretera, destino desconocido

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