jueves, 28 de agosto de 2014

CAPITULO 25




¿Quieres dar una vuelta?

 
Habían pasado tres días desde lo de Bruno y el incidente en Victoria Secret. La vida está yendo como siempre, mientras trató de no dejarme gobernar por el miedo. Pedro y yo pasamos cada minuto que podemos juntos y me encanta cada segundo de ello.


Ambos trabajábamos hoy. Y llegue a casa y cene. Decidí que ya que últimamente no he estado yendo a mis carreras matinales, aprovecharía el gimnasio. Puse mi iPod y sonó mi música a todo volumen, mientras corrí por una hora en la cinta. Cuando la hora pasó, decidí tomarme una ducha rápida para quitarme todo el sudor de encima. Quiero decir eso no es nada atractivo.


Recién había salido de una ducha caliente y secaba mi cabello una toalla. Agarré la nueva bata de seda, me la puse y entre en el dormitorio.


Medio esperaba ver a Pedro, pero la habitación estaba vacía.  


Camine a lo largo del pasillo para ver si se está ejercitando en el gimnasio. Antes de abrir la puerta tengo que sacudirme la imagen mental de él sin camisa y sudoroso. No querría que pensara que soy alguna descarada, libertina y que lo atacaría mientras está en medio del levantamiento de pesas o alguna otra cosa. Calmándome a mí misma, abro la puerta y entro. También está vacío.


¿Dónde podría estar Pedro?  


Mientras salgo al pasillo y entro al salón vacío, me imagino que el único otro lugar en el que podría estar es la cocina. Pero al llegar allí veo que esta habitación también está vacía. En ese momento escucho un gran ruido llegando de la puerta de fuera de la cocina. Rápidamente abro la puerta e inmediatamente veo al hombre que he estado buscando. 


Pedro está en el garaje contiguo. No me escucha entrar ya que la música está sonando desde la base de conexión de su iPod.


Estaba arrodillado en el suelo, junto a su Harley, vistiendo sus desteñidos y desgarrados pantalones y una vieja camiseta blanca sin mangas. Cubierto de manchas de grasa, parecía estar ajustando alguna cosa en su moto. 


Cuando llevo el brazo por debajo del depósito de gas, su
camisa se tensó a lo largo de su pecho y tuve que reprimir un gemido. Buen Dios, ¡el hombre en serio es muy apuesto! Instantáneamente me excité.


Como si me sintiera en la habitación Pedro levantó la vista, mirándome directamente a los ojos. Tiene una mirada cruda en sus ojos mientras me mira de arriba a abajo.  


- Bonita bata - dice poniéndose de pie y caminando hacia a mí sigilosamente, como un cazador tras su presa. Mi estómago se agitó y mi coño palpitó por la anticipación de lo que ocurriría después.


Me alcanza en unas pocas zancadas y me levanta contra su cuerpo, sus manos agarrando mi culo. Mi frente está presionada contra la suya y su lengua abre mi boca cuando me da un ardiente beso. Estoy tan ensimismada con Pedro que ni siquiera me doy cuenta que se está moviendo, hasta que rompe nuestro beso... y noto que estamos parados al lado de su Harley.


- Desnúdame - me ordena.  

Agarro el borde de su camiseta y rápidamente la quito de su duro y sólido cuerpo. Me inclino y usando la parte plana de mi lengua, lamo alrededor de su ombligo y me dirijo hacia su pecho.
Él se saca las botas de motorista a medida que sigo desabrochando su cinturón y bajando sus pantalones, mientras mi lengua continúa el asalto a sus pezones. Una vez más, Pedro no está llevando nada de ropa interior y mis manos al instante buscan contactar con su dura y caliente piel. Sonrío enormemente.


Pedro besa la sonrisa en mi cara y lo siento tirar del cinturón de mi bata. Mientras el sedoso material se desliza fuera de mi cuerpo y cae al suelo, siento como el aire fresco golpea mi abrasadora piel, enviando escalofríos a lo largo de mi columna.


Los labios de Pedro pronto dejan los míos y se sienta en la moto, montándose a horcajadas en el asiento. Su mano agarra su polla y comienza a acariciarse, poco a poco. ¡Oh Dios mío! Creo que mi mandíbula literalmente cae al suelo. Lo que no haría por tener una cámara justo ahora para que esto estuviera en el salvapantalla de mi laptop.


¿Puedes decir ardiente?


Estoy tan excitada que no puedo aguantar más, necesito tocarlo. Mi mano rápidamente empuja la suya fuera del camino y sujeto su eje continuando las firmes caricias mientras él se recuesta en sus codos, la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados.


Mi boca se hace agua cuando la necesidad de probarlo me consume.


Me inclino sobre él y golpeo mi lengua sobre la cabeza de su polla y después lentamente lo tomo dentro de mi boca. Un gemido bajo se liberó de la parte posterior de la garganta de Pedro y se incorporó en una posición sentada, con sus manos sujetando mis lados, los dedos clavándose en mi piel.


- Quiero. Estar. Dentro De. Ti. Ahora - gruñe.


¡Oh mi Dios! Al instante sentí un chorro de humedad reunirse entre mis muslos. Quien necesita juegos previos cuando él me puede tener mojada y lista solo con decir esas cinco pequeñas palabras.  


Los brazos de Pedro se envolvieron en mi cintura y me alzó para que estuviera sentada a horcajadas en su moto. Puedo sentir su erección rozar contra mi estómago.- Oh, wow, esto es diferente, pero me encanta.


- ¿Vamos a dar una vuelta? - pregunta besándome y mordisqueando la piel de mi cuello.


- Ya fuimos a dar una vuelta la noche pasada, guapo - le digo tímidamente.


- Esta será una vuelta un poco diferente.  

- ¿Cómo entonces? - murmuro en su oído.


- Lo verás - gruñe.


Pedro me agarró de la cintura, levantando mi cuerpo mientras miro sus ojos. Después, lentamente me bajó en su palpitante eje, pulgada a gloriosa pulgada. Estoy tan estimulada que al instante en que está completamente enterrado en mí, alcanzo el orgasmo. Mi cuerpo colapsa contra su pecho y acaricio su cuello con mi rostro, tratando de recuperar mi respiración. Mi garganta emite pequeños gemidos mientras me sobrepongo.


- Maldita sea nena, adoro como responde tu cuerpo al mío.  

- A mí también - jadeo, continuando las caricias por su cuello. Pedro se ríe de mí.


- Vamos a ver lo que podemos hacer para conseguir uno o dos más de esos para ti.


- Bien - digo con impaciencia.


- Pon tus pies en los pedales para hacer palanca. Quiero que me montes - dice, mientras sus manos acarician mi vientre y suben agarrando mis pechos. Pellizca mis pezones y ordena .- Ahora.


Pongo mis pies en cada uno de los pedales y empiezo a joderme a mí misma en la polla de Pedro. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y mantengo nuestros cuerpos muy cerca. La fricción de mis pezones frotándose contra su pecho se siente tan bien, que casi puedo venirme por solo por esa sensación, pero me resisto.


Una de sus manos se estira y me sujeta de la parte posterior de mi cuello, mientras la otra baja por mi espalda, parando en mi coxis. Utiliza esa mano para presionar mi pelvis contra él más duro y ahí es cuando pierdo el control. No puedo moverme lo bastante rápido y siento mi orgasmo empezar a construirse de nuevo.


Este golpea duro y rápido. Mi coño se aprieta alrededor del eje de Pedro y me vengo por segunda vez.


- ¡Oh Dios mío! - grito todavía sintiendo el latido de mi más reciente clímax. 

La respuesta de Pedro es inmediata.  


- Inclínate hacia atrás contra el deposito - gruñe empujándome con una mano.- Este va a salir realmente salvaje, nena - añade.


En ese momento, la canción que estaba sonando acabó y otra más comenzó a sonar. Era “Closer” de Nine Inch Nails y que Dios me ayude, creo que estoy incluso más excitada ahora que escucho la letra de la canción. No es el tipo de música que normalmente escucharía pero considerando la situación actual, es extremadamente erótica.
La sensación del frío metal del depósito contra mi cuerpo hace que mi piel de gallina se levante y mis pezones se arruguen. Su cuerpo desnudo se cierne sobre el mío cuando alcanza el manillar. Sus pies se fijan en los pedales mientras mis piernas envuelven sus caderas, asegurando mis pies juntos detrás de su espalda.


Utilizando el manillar y los pedales para hacer palanca, Pedro pierde el control y se golpea a si mismo dentro de mi cuerpo en un ritmo despiadado.


Cuando siento su dura vara moverse dentro de mí, incrementando la intensidad, me doy cuenta que no vamos a durar más tiempo de todas formas.


Mientras se mueve encima de mí, arrastro mis uñas en su esculpido abdomen. Esto debe provocar a Pedro porque lo siento temblar y gritar:
- ¡Mierda! - Puedo sentir su polla sacudirse y liberar su caliente semilla dentro de mí, lo cual desencadena mi tercer orgasmo. Cuando exploto alrededor de Pedro, él se traga mis gritos de éxtasis con su boca.  

Mis músculos continúan con los espasmos alrededor de su polla, mientras reduce la velocidad de sus empujes.


- Amo cómo te sientes cuando te vienes mientras estoy dentro de ti - jadea. Debo estar de acuerdo con él porque definitivamente también adoro como me siento cuando me vengo mientras él está dentro de mí. 

 
Pedro finalmente frena sus movimientos y descansa su torso en el mío.


Colocando su cabeza sobre mi frente, puedo sentir su respiración contra mi boca.


- Guau - dice.


- Sí, guau-  jadeo recuperándome de mis tres sí, tres orgasmos.


- Diré, que, esta será mi canción favorita desde ahora - dice sonriéndome.


- La mía también - añado.


- Nena, esa fue la jodida más caliente. Pierdo el control cuando estoy contigo. Es como si nada más existiera, únicamente tú y yo.


- Me siento de la misma forma, guapo - contesto, mientras lentamente me levanta fuera del depósito de gas para que esté sentada a horcajadas de nuevo, con él aún dentro de mí. Envuelve sus grandes brazos a mí alrededor y me abraza tan fuerte que casi no puedo respirar.


Sus labios rozan los míos y susurra contra ellos : -Te amo, Nena.


- Yo también te amo, Pedro - le susurro de vuelta.  


- Vamos a tomar una ducha y limpiarnos, preciosa.


- Pero acabo de salir de la ducha.


- Sí, pero yo no estaba allí contigo. ¿Dónde está la diversión en eso?


Poco a poco me desliza de encima de él y al instante siento la perdida de nuestra conexión. Bajamos de la moto, recoge mi bata del suelo y luego me agarra. Levantándome y alzándome sobre su hombro, me lleva cargada a través del vestíbulo hasta el baño. Todo el tiempo traté de darle unas palmadas a su culo mientras reía.  


Una vez en el baño, me enseñó realmente como de divertida podía ser una ducha acompañada. Sí, Pedro tenía razón. ¿Dónde está la diversión en ducharse solo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario