jueves, 21 de agosto de 2014

CAPITULO 9




Entrar y salir
 

Finalmente, después de un largo día de enseñanza, conduzco hacia mi casa para recoger algunas cosas que no tomé la otra noche y llevaras a casa de Pedro


¡Estoy enamorándome él! Él es increíble, dulce, cariñoso y apasionado. Dios es siempre apasionado. Me hubiera gustado haber ido más lejos sexualmente, de lo que hicimos anoche.


Paseo por el callejón y entro en mi apartamento. Al entrar tengo la sensación de que algo se siente diferente. No sé cómo explicarlo, pero algo se siente mal. Doy una pequeña vuelta y riego mis plantas. Nunca he sido buena manteniéndolas, pero cuando me mudé aquí necesitaba algo que me hiciese sentir en casa. ¿Qué mejor manera que tener plantas?


Entro en el dormitorio y agarro una de mis maletas de mano fuera del armario. Me acerco hacia mi tocador y noto algo extraño. ¿Por qué está el cajón abierto con mi ropa interior por todas partes?


Estoy bastante segura de que no hice todo este lio la otra noche, cuando vine a recoger mis cosas. Debo haberlo hecho y no lo puedo recordar, ya que Pedro me tiene tan hipnotizada. Nadie más podría haber estado aquí. Pongo algunas cosas que necesitaba en mi bolsa y agarro algo un poco más sexy para Pedro esta noche.  


Cruzando los dedos, espero que las cosas vayan un poco más allá de lo que hicieron anoche. Joder, lo que hace de mí. Nunca había sido así con ningún otro hombre.


Entro en el cuarto de baño para coger algunas cosas y observo que las cosas están por todas partes. Parece que alguien saqueó el lugar. ¿Qué demonios? Me digo a mí misma. Ahora, estoy segura de que no toqué nada aquí.


Busco mi bata de seda que suele estar colgada detrás de la puerta, pero no la  encuentro. Eso es raro, ¿dónde está mi ropa? Compruebo el armario y el cesto, pero no está allí. 


Voy a llamar a Pedro para ver si ha mandado alguno de sus chicos a tomar unas cuantas cosas. Saco mi teléfono y lo dejo sonar.


- Hola Pedro - lo saludo.  

- Hola nena, ¿qué pasa? ¿Todo bien? - me pregunta.


- Te dije que iba a ir a mi casa para recoger algunas cosas. Tengo que preguntarte, ¿has mandado a alguno de tus chicos venir aquí a recoger alguna cosa?  


- No, ¿por qué?  


- Bueno debo haber sido yo, porque cuando fui a la cómoda para recoger algo de ropa interior, el cajón estaba abierto y algunas cosas estaban colgando. Luego fui al baño y todo estaba desordenado y no puedo encontrar mi bata - le digo.

- Paula, sal de la vivienda ahora mismo, vete a tu coche y cierra. Estaré allí tan pronto como pueda.  


- ¿Crees que pueden haber sido los motoristas del bar?  


- Ese no es por lo general su modus operandi. Si Hunter iba a meterse contigo, lo sabrías. ¡Vete ahora,Paula!  vocifera.


- Está bien - digo corriendo fuera del apartamento a mi coche. ¿Habrá alguien todavía aquí? Debe haber sido un entrar y salir, pero nada había desaparecido, además de mi bata. Quiero decir, ¿Quién entraría para robar mi bata?Súper espeluznante. Podrían faltar más cosas, pero no lo sé.  

Me siento en mi coche con las puertas cerradas, a la espera de Pedro.  


Parece una eternidad, cuando oigo las tuberías de su Harley. Salgo y corro hacia su moto.


- ¿Qué está pasando? - le pregunto temblando.


- Está bien, nena - dice.


- ¿Crees que hay alguien todavía ahí?  


- Voy a echar un vistazo - dice comenzando a ir hacia el apartamento.


- Yo voy contigo - le digo


- No, espera en el auto - dice.


- A la mierda, me voy contigo - dice G.I. Jane  



Entramos en el apartamento y le digo que todo estaba bien en la sala de estar y cocina. Lo llevo hacia mi dormitorio. Ojalá que esto fuera bajo circunstancias diferentes.


- Este es cajón el que estaba abierto y tenía todas las cosas colgando hacia fuera.  


Se mueve hacia el cajón y calor parpadea a través de mi cuerpo sabiendo lo que hay ahí.


- Voy a echar un vistazo para asegurarme de que no falte nada - dice.


Puedo ver la sonrisa diabólica propagándose por su rostro.
- Desde luego, que lo harás - digo. Mierda, espero que no se dé cuenta del vibrador que Patricia me dio como regalo de graduación, el cual tengo escondido en el fondo del cajón.


- Paula, no me digas que tienes un amigo que se llama BOB.-Se ríe.


- Pato me lo dio como una broma por la graduación. Nunca lo he utilizado. ¡Todavía está en la caja como puedes ver! - le digo sonrojándome de pies a cabeza.


- Mi traviesa maestra de escuela - susurra.


Bueno, basta del cajón de ropa interior. Lo cierro y le agarro la mano y lo llevo al baño. Le muestro donde todo se suponía que debía estar mi bata y no está ahora.


- ¿Estás segura de que no tocaste algo? - me pregunta.

- No, nunca. Tengo un poco de TOC  y me gustan las cosas de cierta manera - digo.


- Bueno, recoge tus cosas y vete de aquí. Voy a mantener este lugar bajo radar y los chicos mantendrán un ojo sobre el - dice.


Mientras caminamos a través de la sala de estar para salir, me doy cuenta de que algo está fuera de lugar. Algo de lo que no me di cuenta anteriormente. Suelto la mano de Pedro y camino hacia una de las mesas del fondo cerca del sofá.


- ¿Qué pasa, nena?  


Estoy mirando una foto de mi hermano, mis padres y mía. Me tiemblan las manos.  


- Esto estaba en la otra mesa del final. Alguien la movió.


Por eso sentí algo diferente cuando entré por primera vez en mi apartamento. Se trataba de una diferencia tan sutil,  que no me di cuenta de inmediato.


- ¿Estás segura? - pregunta.


- TOC, recuerdas - respondo .- ¿Por qué alguien entraría en mi apartamento para mirar una foto de mi familia y robar mi bata? Eso es tan enloquecidamente desagradable.


- No lo sé. ¿Dónde está el conserje de tu vivienda? - me pregunta.


- En el piso de abajo, en el apartamento 4A, ¿por qué? ¿Quieres preguntarle si vio algo sospechoso?


Agarra mi mano y lo siguiente que sé, es que estamos de pie delante de la puerta que dice 4A. Pedro golpea. El conserje abre la puerta y Pedro le pregunta : ¿Has visto algo extraño anoche u hoy? 

 
- ¿Quién es usted? - pregunta con curiosidad.


- Mi mujer vive aquí. Ha estado fuera por un par de días y ha pasado a recoger algo de sus cosas y se ha dado cuenta de que alguien había estado en su apartamento. Así que voy a preguntar de nuevo, ¿Has visto algo?  


- No vi nada hoy, pero ayer por la noche vi que alguien irrumpía en uno de los apartamentos en la planta baja, así que llamé a la policía.
Después de que llegaron, los policías descubrieron que había habido varios robos denunciados en los últimos dos días.  


- Es bueno saber que otras personas fueron asaltadas. Ahora puedo estar tranquilo sabiendo que alguien no viene a por mi mujer. Era sólo un entrar y salir aleatorio “Sin decir Adios”  o “Bésame el culo” ni nada. - Pedro agarra mi mano y tira de mí hacia mi coche.


- Entra, nos encontraremos en mi casa.


- Está bien. - Se inclina, y me da un beso antes de cerrar la puerta y subir - a su Harley. Nos dirigimos de nuevo a su hogar. 

Una vez dentro de la casa de Pedro, me dirijo hacia el dormitorio. Pedro me sigue y me pregunta:  

- ¿Estás bien, cariño?


- Sí, sólo me siento un poco asustada - le contesto.


- Escucha, es evidente que no era una cosa personal. Tal vez se metió en tu casa y no pudo encontrar nada digno de robar y apenas estuvo alrededor.


- Sí, pero ¿por qué robar mi bata? ¿No crees que es raro?


- Tiene sentido. Tal vez el hombre tiene una mujer y la robó para ella. ―No lo digo en voz alta, pero eso es una excusa poco convincente.


Pedro camina hacia mí y me abraza. Me siento tan segura entre sus fuertes brazos. ¿Por qué no podemos permanecer así para siempre? Sonrío al pensarlo.


- ¿En qué estás pensando, nena? - pregunta.


- Sólo pienso, en cómo me siento segura, aquí en tus brazos.    

Puedo sentir sus brazos alrededor de mí tirando con más fuerza. Dios,esto se siente increíble. El calor que irradia su cuerpo sobre el mío es tan relajante. Cierro los ojos y acurruco mi lánguido cuerpo más cerca de su duro cuerpo.

Alejándose de mí, pierdo todo de ese impresionante calor de su cuerpo.


Pedro dice :- Cámbiate por algo más cómodo, mientras voy a preparar la cena.  


- Está bien. - Me besa suavemente en los labios y sale de la habitación.  

Una vez dentro de la habitación, me decido por tomar una buena ducha caliente. Después de salir de la ducha, me seco el cabello y lo recojo en una coleta. Decido ponerme mis pantalones de yoga favoritos y mi cómoda sudadera con capucha de los Huskies de la Universidad de Northeastern.

Camino hacia la sala de estar y noto la puerta del patio abierta. Al instante me dirijo hacia ella y salgo a la calle. 


Camino en la terraza y me doy cuenta de que Pedro está de pie junto a la parrilla girando unos filetes.


- Te ves bien - le digo.


Pedro se da la vuelta, mirándome de pies a cabeza, dice : -Lo mismo para ti, nena.


Oh, estoy tan segura.


- Como si no estuviera segura de verme realmente caliente. No hay nada más sexy que los pantalones de yoga y una sudadera con capucha - digo girando los ojos.


- Nena, tú lo debes saber. Te ves malditamente sexy como el infierno,no importa lo que lleves puesto.  


Cuando dice esto, al instante quisiera no estar vestida. ¿Por qué no podemos estar ambos desnudos y en su dormitorio? Le quiero tanto, que duele. No debería ser así. Soy una virgen inexperta, ¿Cómo puedo sentir que solo quiero arrancarle la ropa y tener la oportunidad de ser picara con él?  

Nunca había tenido estos pensamientos cuando había estado saliendo con Mateo. Tiene que haber algo seriamente mal en mí.


- Filetes hechos. Vamos a comer - dice interrumpiendo mis
pensamientos.


Nuestra cena, consiste en carne, ensalada y patatas al horno. Para ser un tipo duro, seguramente Pedro puede cocinar. Yo prácticamente gruño, cuando tomo mi primer bocado de mi carne a la plancha, que está perfectamente sazonada.


- Mmmm, Pedro lo que haces sabe tan bien. Definitivamente, puedes cocinar, eso es seguro - digo metiéndome en la boca, otro bocado de comida.


- Tengo habilidades locas - dice sonriendo.


Después de terminar nuestra comida, limpiamos los platos y la cocina.


Pedro entonces agarra mis brazos y me lleva a la habitación. Al cerrar la puerta, se vuelve hacia mí y baja mis pantalones de yoga hacia el suelo.


Yo los pateo fuera cuando llegan a los tobillos. ¡Diablos, sí! Ya es de estar desnudos. Él me recoge y me acuesta en la cama, cubriéndome con el edredón.


- Voy a tomar una ducha. Vuelvo en un minuto, cariño - dice caminando hacia el baño tomando su camiseta y cerrando la puerta. La última cosa que recuerdo es el sonido del agua cuando la abre, antes de caer en un profundo sueño.

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