jueves, 21 de agosto de 2014

CAPITULO 10




El arrastrado de Bruno 
 


A la mañana siguiente, entro en la sala de profesores para tomar una taza de café. Miro alrededor, con la esperanza de no encontrarme a Bruno por ninguna parte. No está. Hago mi café y me siento en el sofá, bebiendo lentamente del brebaje caliente, con mis pensamientos derivando de nuevo a la noche anterior.


Estoy tan molesta conmigo misma por haberme quedado dormida.


Estoy segura de que si no lo hubiera hecho, Pedro y yo sin duda habríamos tenido sexo. Mi estómago se agita ante la idea de Pedro y yo juntos en la cama desnudos. Pienso en su duro cuerpo frotándose contra el mío, mientras se prepara para entrar en mí.


Estoy tan consumida por mis pensamientos sobre Pedro que apenas presto atención sobre lo que algunos de los otros profesores están discutiendo. Me las arreglo para entender algo sobre una reunión la próxima
semana, mantener un ojo sobre cierto estudiante problemático y un profesor suplente.


Céntrate Paula, hay otras cosas en que pensar aparte de Pedro, oh y sexo con Pedro.  


Termino mi café y salgo de la sala de profesores para ir a mi clase.  


Cuando estoy abriendo la puerta para salir, mi cara choca contra un pecho duro. Mirando hacia arriba, noto a Bruno con una sonrisa de comemierda.


¡Joder! Realmente no necesito esto.


- Hola Paula, ¿cómo te va? ¿Tomamos una copa en mi casa esta noche?  


- Eso no va a suceder, Bruno - le contesto.


- No seas así - dice agarrando mi brazo y arrastrándome hacia el pasillo.


- ¡Quítame las manos de encima! - grito esperando a que alguien de la sala de profesores me escuche.


- Paula, cálmate de una puta vez. ¿Cuál es tu maldito problema?  


- Mi problema es que estoy con Pedro ahora. Te lo he dicho y Pedro te lo ha dicho, pero sigues detrás de mí. Estamos juntos, así que no va a suceder. Tienes que aceptarlo Bruno.  

- Tú me quieres Paula. Y te deseo. Esto va a suceder, te guste o no - dice con voz amenazadora. Agarra mi brazo con tanta fuerza que estoy bastante segura de que va a dejarme moretones.


- Estás muerto. ¿No te dijo Pedro que no te metieras conmigo?    


- ¿Qué es lo que tu precioso camarero va a hacer? Él podrá ser parte de algunos motociclistas macarras, pero todo es una fachada. Él es un coño y puedo patearle el culo en cualquier momento.


Sonrío mientras suelta mi brazo de su agarre.  


- Tú sigue creyéndotelo, Bruno - digo regresando a mi salón de clases.


No puedo dejar de pensar que así va a conseguir su culo pateado. Bruno puede ser caliente como el infierno, pero sin lugar a dudas es un estúpido idiota.


Cuando llego a mi aula, enciendo las luces y noto algo escrito en la pizarra. Me acerco  y jadeo al leer el mensaje:


¡ERES JODIDAMENTE MIA, NO SUYA!


Cojo el teléfono para sacar una foto del mensaje que ha dejado para mí, antes de borrarlo. Está bastante claro quien lo escribió. Si no iba a conseguir su culo pateado antes, definitivamente lo hará ahora.


De repente estoy asustada y enferma del estómago. No estoy segura de sí Bruno se va a convertir en un problema serio. Me dirijo a la oficina para informar a Susana, la secretaria, que estoy enferma y tengo que salir el resto
del día. Me dice que vaya a casa y descanse un poco. El nuevo maestro sustituto está en la oficina con el director y ella conseguirá que cubra mis clases del día. ¡Gracias a Dios por los sustitutos!


Conduciendo de vuelta donde Pedro, noto una camioneta familiar siguiéndome. Parece que mi equipo de seguridad está de vuelta en su lugar.  


Entro en el camino de entrada y apago el coche. Metiendo la mano en mi bolso, saco mi móvil e inmediatamente mando un mensaje a Pedro.  


Hola guapo, no me sentía bien. Voy a tomar el resto del día libre. Estoy en tu casa ahora, nos vemos cuando te vea. :(


Inmediatamente me da una respuesta.  

Nena, tómalo con calma. Estaré allí pronto.


Pedro es tan impresionante. Me encanta la forma en que deja lo que está haciendo para cuidarme.


Acostada en la cama, no puedo dejar de pensar en Bruno. El tipo tiene algunos problemas graves y no estoy segura de lo que es capaz. Enrollo las mangas de la blusa y me doy cuenta de que algunos moretones comienzan a formarse en mi piel. ¡Mierda! Pedro va a enloquecer cuando vea que Bruno me dejó marcas.


Aproximadamente media hora después, oigo el estruendo familiar de la moto de Pedro. Mi estómago se altera al instante, sabiendo que Pedro pronto estará conmigo. Oigo la puerta abrirse y cerrarse y pasos de botas caminando por el pasillo hacia mí.


La puerta se abre y Pedro se queda ahí observándome con una mirada de preocupación en su rostro.  


- Hola - murmuro, sosteniendo mis brazos hacia él.


Pedro camina hacia mí y se acuesta a mi lado, tomándome en sus brazos.  


- ¿Qué está pasando? ¿Estás enferma? - me pregunta, claramente preocupado.


Le cuento todo lo que pasó entre Bruno y yo. Cuando muestro a Pedro mis brazos y la foto del mensaje dejado para mí, puedo sentir su cuerpo tensarse contra el mío. 


Levanto la vista hacia él y veo la expresión más oscura adueñarse de su cara.  

- Ese hijo de puta lo va a pagar. Después de que haya terminado con él, no volverá a molestarte nunca más. Confía en mí  dice con los dientes apretados.  

Oh, confío en él. Nunca dejaría que nada me sucediese. Me acurruco contra su cuerpo cálido y acaricio su cuello con mi cara, mientras frota patrones suaves por mi espalda. Me duermo de esa manera, entre los brazos de Pedro.  
.

Me despierto y miro el reloj de la alarma. Son las 14:20. ¡Mierda! He dormido la mayor parte del día. Me doy cuenta de que estoy sola en la cama.


Me estiro, salgo de la cama y me dirijo hacia el pasillo. 


Caminando hacia la sala de estar, puedo escuchar la voz airada de Pedro. Suena totalmente cabreado. Camino en silencio hacia la habitación y me coloco detrás del sofá
espiando su conversación.  

- Tengo que enseñarle a ese hijo de puta una lección. Él no se va a meter con Paula sin lidiar con las consecuencias. Averigua dónde vive. Voy a hacerle una visita. - Hay una pequeña pausa en la conversación mientras Pedro escucha a quien está en la otra línea . -Tienes diez minutos. Llámame con la dirección. - Él desconecta la llamada.


- Sé que estás ahí, nena - dice.


Pedro, ¿qué vas a hacer? ¿No iras a matarle? - le digo en tono preocupado. Realmente no quiero tener que visitarlo en la cárcel.
Definitivamente nunca vamos a tener sexo si eso sucede.


- Nena, no voy a matar al imbécil. Sólo voy a joderlo. No puede decir que no se lo advertí. El bastardo va a tener lo que se merece - se burla.


-¿No vas a meterte en problemas con la policía? - pregunto.

- Escúchame nena, él puso sus manos sobre ti y dejó marcas. Él te asustó y está tratando de reclamarte como suya. NO. ES. JODIDAMENTE. GENIAL. Así que un par de los chicos y yo vamos a hacerle una visita con un mensaje. Te puedo garantizar que cuando hayamos terminado con él, no va a querer ir a la policía.


- Está bien, sólo que no quiero tener que ir a visitarte a un centro penitenciario, cuando hayas terminado de enviar el mensaje - digo sentada a su lado en el sofá. Deja escapar una carcajada profunda y me jala hacia él, atrapándome entre sus brazos.


- Entonces, ¿qué es lo que quieres hacer por el resto del día?  Creo que hemos terminado de hablar sobre la situación con Bruno.


- ¿No tienes que trabajar? - pregunto. Niega con la cabeza.

- ¿Qué es lo que quieres hacer? - repite.


Me encojo de hombros y digo :- No sé. ¿Qué tal si vemos una película y nos acurrucamos en el sofá?  


- Suena como un plan.- Se levanta para tomar una película de su enorme colección, ahí me entero de que no le gustan las películas románticas o de terror y me sorprende ya que ama las películas de animación.


Mientras él está mirando a través de los DVD, suena el móvil. 

Respondiendo, pregunta :- ¿Lo tienes?-  Luego cuelga. Voy a adivinar y decir que quien estaba en el teléfono le dio la dirección de Bruno. Si no fuese un imbécil loco, probablemente sentiría pena por él.


Finalmente escoge una película que él dice es una mierda y la mete en el reproductor. La película que escoge es sobre un pequeño pez payaso que se separa de su padre. Estoy de acuerdo con él, ¡Es una puta mierda!


Pasamos el resto de la noche viendo películas de dibujos animados, solo tomándonos un descanso cuando llega la pizza que ordenamos. En la cuarta película, me quedo dormida en los brazos de Pedro.  
 
 
Al día siguiente, estoy en la sala de profesores a la hora del almuerzo y escucho a alguno de los profesores hablando sobre Bruno. Al parecer, las palabras que dan vueltas, es que él estaba corriendo esta mañana antes de la escuela y lo asaltaron. Lo golpearon bastante mal, así que va a estar fuera por lo menos durante la próxima semana, hasta que sus heridas se desvanezcan. No puedo evitar sentirme un poco culpable, sabiendo la verdadera razón por la que Bruno faltara al trabajo, pero me siento aliviada.


Sonrío y pienso para mis adentros, ¡T.G.I.F!
 (Thanks God It's Friday es decir Gracias a Dios que Es Viernes.)

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