domingo, 24 de agosto de 2014

CAPITULO 16



Salir por una Carrera

 
Desde su episodio más temprano en la semana, Pedro no había mencionado mucho sobre el club. Me alegro de que sea abierto al respecto, y te puedo decir que me siento más aliviada de que no tenga que ocultar sus emociones de mí.  


Es jueves por la noche y Pedro está trabajando en el bar. Es un atardecer inusualmente cálido y sin nada más que hacer, decido ir a correr.


Medí la distancia al bar desde la casa de Pedro antes y me imagino que puedo hacer la carrera en unos 45 minutos, justo a tiempo para atrapar a Pedro luego de su turno para que pueda conducirnos de regreso a la casa.


Me cambio a un pantalón de correr, top y una sudadera con capucha de peso ligero.


Ato mis zapatillas de deporte, me pongo mis auriculares, y reviso mi lista de reproducción. Definitivamente se siente como “The Pretty Reckless” un poco para correr. Nada es mejor que golpear el pavimento con los tambores y las guitarras a todo volumen en el fondo mientras una de mis
chicas rockeras favoritas se escucha.


Será bueno hacer algo de ejercicio y de tomar aire fresco. También es bueno saber que tendré una cola demasiado justa por si algo sucede. Nunca se puede estar demasiado segura, al menos últimamente.


Salgo de la casa y miro alrededor buscando a Alex. 


No puedo ver a su moto o a él, incluso. ¿Supongo que significa que está haciendo un buen trabajo? Quién sabía exactamente cuáles habrían sido las indicaciones de Pedro


Siento un par de ojos sobre mí, así que busco en el área de nuevo. Tal vez sólo está escondido en las sombras. No hubo suerte.
Mierda, no voy a perder tiempo tratando de encontrar a mi seguidor. Necesito medir algunos serios kilómetros, ¡Ha pasado tanto tiempo!


Me caliento con una caminata a paso ligero, sintiendo la calidez,repartida en mis músculos. Me siento incómoda y exploro la zona de nuevo.


Siento algo. Todo este sentimiento de ser observada es cada vez un poco más escalofriante. Sé que es sólo uno de los chicos de Pedro, pero todavía.  
Terror. Como. Mierda. Trato de hacer caso omiso de mis sentimientos.


“Miss Nothing” comienza a sonar en mi iPod y empiezo a ganar velocidad. Mis piernas protestan un poco, pero nada que no pueda trabajar.
Con el sonido de mi música, no puedo oír nada aparte de mi latido. Me pregunto qué tan cerca se mantendrá Alex de mí.

Definitivamente me puedo adelantar a su moto, pero no podría aquí con los estruendos de su Harley. Me resulta muy difícil imaginar a Alex corriendo detrás de mí. Realmente no me parece del tipo atlético. Siempre que nadie piense que me está acechando y llame a la policía, debería ser una carrera bastante buena.


Encontrando mí ritmo, con la lista de reproducción, salgo y, finalmente, me encuentro yendo más cerca del centro del distrito. Todavía puedo sentir los ojos en mí, pero al estar en una dirección en una zona poblada de la ciudad me hace menos cautelosa. De repente me empujan a un callejón
vecino oscuro.  

¿Qué demonios?


Me golpean la cara por primera vez contra la pared de ladrillo. Un par de brazos se envuelven firmemente alrededor de mí y un cuerpo me aplasta a la áspera superficie. Empiezo a pelear, pero el agarre de mi atacante se tensa y se apoya en mí y susurra con voz ronca.  


- ¿Dónde está tu empleado de bar ahora?  


Con eso me pongo a gritar. Rápidamente pone una mano sobre mi boca, mientras la otra llega a la cintura de mis pantalones de correr. Desata el cordón y empieza a tirar hacia abajo cuando oigo una puerta abrirse y a alguien maldiciendo. Mi atacante aprieta su agarre en mi boca y susurra : -Silencio.  


Aprovecho esa oportunidad para morder con fuerza su mano, sacándole sangre.


- ¡A la mierda! - grita aflojando su control sobre mí.


Me libero y corro hacia la puerta abierta sin mirar atrás, gritando por alguien que me ayude. Choco sólidamente sobre alguien. Cuando levanto la vista reconozco a la persona como a Blaine Rowe, uno de mis estudiantes.


- Qué mierda. Srta. Chaves, ¿está bien? - pregunta lleno de preocupación.


Estoy demasiado conmovida para responderle. Con pánico en los ojos me introduce en su restaurante familiar. Me sienta en lo que parece ser la oficina principal, y llama a su papá. Creo que estoy en estado de shock.


Mi cerebro parece no poder conectar con mi boca para formar las palabras que necesito.


Pedro. Necesito a Pedro.  


Pedro.  Finalmente, me las arreglo para ahogarme y decir su nombre.


El papá de Blaine entra en la habitación y me oye explicarle a su padre lo que acaba de suceder.


-Pedro. Necesito a Pedro. - Todo lo que puedo centrarme en es su nombre. Lo necesito. Ahora.


- Mierda, eres la mujer de Pedro - asiento.  


- Blaine, llama a Wilde Ride, dile que lo necesitamos aquí, ¡ahora! - su padre instruye. 

Blaine toma el teléfono y llama al bar. Sólo dice unas pocas palabras antes de ver el teléfono con una confusa mirada. 


- Sólo me colgó.  

Los recientes acontecimientos finalmente se ponen al día para mí y me pongo a llorar. Y no sólo lloro, sino que sollozo.


El chico y su padre me dan vaso de agua y pañuelos desechables y tratan de consolarme lo mejor que pueden. 


Ni siquiera un minuto más tarde, oigo una conmoción en la parte principal del restaurante y mi nombre es gritado.  

Blaine y su padre salen para traer a Pedro de nuevo a mí.  

Me pongo de pie con piernas temblorosas y hago mi salida en la dirección de su voz, desesperada por sentirme segura en sus brazos de nuevo.


- ¿Qué mierda pasó? - Puedo oírle preguntar.


- No lo sé. Yo iba al callejón para tirar algunas bolsas de basura, cuando oigo a alguien maldecir y lo siguiente que sé es que la Srta. Chaves está gritando y corriendo hacia mí y un chico corre en dirección opuesta.Estaba tan asustada cuando la traje al edificio. Todo lo que podía decir era que te necesitaba. Papá me dijo que te llamara de inmediato - explica.  

- ¿Viste lo que pasó? 

 
- Realmente no vi mucho. Estaba muy oscuro en el callejón, hombre - dice Blaine.


- Vamos, hombre. Debes haber visto algo. Utiliza ese maldito cerebro tuyo y piensa realmente duro.


- Blaine, si recuerdas haber visto algo eso podría ayudar a Pedro, por favor, díselo - su padre lo engatusa.


- Bueno, el tipo llevaba pantalones de chándal y una capucha negra Del Mar Regional High School. ¿Eso ayuda?

¡Oh, Dios mío! ¡Era Bruno! Eso explicaría el comentario acerca de dónde estaba mi camarero. Tenía tanto miedo en el momento del ataque que nunca conecté los puntos.


- ¡Jesucristo! Ese puto pedazo de mierda - Pedro sisea. Obviamente, Pedro sólo los conectó. 

Aprovecho ese momento para salir al corto pasillo que conduce al área de preparación de la cocina. Con los ojos hinchados por las lágrimas señalo hacia el suelo, camino recto hacia Pedro y pongo mis brazos alrededor de su  
cintura y empujo mi cara en su pecho.
Su pecho y camisa amortiguan mis sollozos ahogados, mientras Pedro acaricia mi espalda.
De repente, engancha mis piernas con uno de sus brazos y la otra detrás de mi espalda y me levanta contra su cuerpo. Mis brazos se envuelven con fuerza alrededor de su cuello y sigo llorando. Siento el movimiento y lo siguiente que sé, es que Pedro me está poniendo en el asiento de su camioneta y me mete dentro.  

Los únicos sonidos hechos durante el viaje de regreso a la casa de Pedro son los míos llorando y su pesada respiración. Puedo decir que está real y verdaderamente enojado, pero está tratando de controlarse a sí mismo por
mí. Una de sus manos está en el volante y la otra acariciando suavemente mi muslo.  

Tiramos en la calzada y cierra la camioneta y quita las llaves de la ignición. Nos sentamos en la camioneta por unos pocos minutos, ninguno de nosotros dice nada. Puedo sentir que está mirando hacia mí, así que giro mi cabeza en su dirección y miro sus ojos azules acerados. Rompo el silencio primero diciendo:  


- Lo siento mucho, Pedro.   


- No tienes nada que lamentar. No hiciste nada malo, nena - dice con dulzura.


- No debería haber ido a correr. Era sólo una tarde aburrida y quería correr en la ciudad y encontrarte en el bar.


- Entonces, ¿no se te permitirá hacer eso ahora? No pediste que algún puto trasero te atacara,Paula. Deberías poder ir a correr cada vez que malditamente quieras. Obviamente, el pinchazo no recibió mi mensaje anterior.


Pedro, pensé que Alex o uno de los otros chicos estarían siguiéndome como por lo general hacen, pero no había nadie alrededor.  


Pedro levanta las cejas y dice : - No estoy seguro de que se suponía que te haría eso, pero voy a averiguar a dónde diablos se fueron que era más importante que vigilar a mi chica.


Pedro. 


- ¿Sí?  


-¿Podemos entrar ahora? - pregunto.


- Por supuesto, cariño.  


Él abre la puerta y salta fuera de la camioneta caminando hacia el lado del pasajero.


Al abrir la puerta, agarra mis piernas, gira mi cuerpo y me tira sobre el borde del asiento. Engancha mis brazos detrás de mis rodillas otra vez y antes de darme cuenta, estoy en sus brazos de nuevo mientras me lleva hacia la casa.
Una vez dentro de la casa, continúa hacia abajo por el pasillo hasta el dormitorio. Suavemente me sienta en el borde de la cama y se pone de rodillas en el suelo delante de mí.


- Nena, estás helada. Voy a preparar un baño caliente para que entres en calor. Ya vuelvo - dice mientras se pone de pie y camina hacia el cuarto de baño. Es cuando miro hacia abajo a mis manos y me veo temblar. No sé si es porque realmente tengo frío o si es porque todavía estoy en shock.

Un par de minutos más tarde, Pedro viene de nuevo al dormitorio y me ayuda a levantarme sobre mis piernas temblorosas. Él me lleva al cuarto de baño y veo que la bañera está casi llena mientras él se inclina y cierra el agua.
 
Volviéndose hacia mí, tira de mi sudadera por mis hombros y mis brazos. Agarra el borde de mi top y la levanta sobre mi cabeza, después me quita mis pantalones cortos para correr, ropa interior, sujetador, zapatillas y calcetines, tirándolos todos en una pila en el suelo del baño. Luego me sorprende quitándose su propia ropa y añadiéndola a la misma pila.
Da un paso hacia la bañera y luego se mete él mismo hasta que está inmerso en el agua caliente. Su mano se extiende arriba y fuera, haciéndome señas para que la agarre. Mi brazo se estira y agarro su mano y me guía suavemente al agua. Él mueve mi cuerpo para que lo cabalgue y al instante se pone rígido. Con todo lo que pasó esta noche, no estoy realmente en el estado de ánimo, aunque sea Pedro.  


- Nena, no te asustes. No estoy a punto de saltar sobre ti. Esto no se trata de sexo, está bien. Confía en mí.


- Confío en ti - murmuro en su cuello.


Y porque nuestros cuerpos están tan cerca y juntos, me doy cuenta de que lo que está diciendo es cierto. Estamos juntos, frente a frente, y él no está excitado. Esto se trata de él reconfortándome, nada más.
Nos sentamos así durante unos diez minutos con las palabras susurradas tranquilizadoras en mi oreja y acariciando mi espalda. Cuando mi cuerpo se relaja por completo, él comienza a poner espuma de gel de baño suave entre sus ásperas manos y lavar suavemente mi cuerpo tomándose su tiempo de pies a cabeza. Entonces, le regreso el favor. Una vez que nos lavamos el uno al otro y el agua empieza a enfriarse, Pedro me ayuda a salir de la bañera y me seca con una toalla blanca y esponjosa. 

Después de que estoy completamente seca, me envuelve en la toalla y me lleva al dormitorio. Pedro pone mis pies en el piso mientras lo veo girar el edredón y las sábanas hacia abajo. Regresa a mí y quita lentamente la toalla y me recoge de nuevo, colocándome en el centro de la cama.


Deja caer la toalla alrededor de su cintura y se arrastra a mi lado, así que quedamos en cuchara, tira de la sábana y la pasa de nuevo sobre nosotros.


- Quiero sentir tu piel contra la mía, nena. Así puedo sentirte aquí conmigo y sabes que estás a salvo en mis brazos - susurra contra la parte trasera de mi cuello. Yo necesito eso también, tanto.


Nos tumbamos allí por un tiempo, cuando de repente Pedro dice: - Nena, nunca dejaré que te pase nada. Tienes que creer eso. Haré un seguimiento de ese maldito y terminaré con él, si tengo que hacerlo.  


Mi única respuesta es empezar a llorar otra vez. Me doy la vuelta y anido mi cara en su pecho a medida que continúo sollozando. No estoy segura de cuánto tiempo lo hice porque en algún punto, en realidad lloré hasta quedarme dormida.

 
Trato de abrir mis pesados párpados, pero es una tarea difícil.


Finalmente, me las arreglo para hacer palanca y abrirlos, me doy cuenta de que Pedro no se encuentra en la cama conmigo. Extraño el calor y la seguridad de sus brazos, me levanto de la cama para encontrar a mi hombre.


Antes de hacerlo, sin embargo, tengo una repentina necesidad de usar el baño. Mientras camino hacia el baño y paso por la vanidad, miro mi reflejo en el espejo. ¡Ay! ¡Me veo como el infierno! Mis párpados están rojos e hinchados de mi ataque de llanto de anoche.


Agarrando una toalla, la pongo bajo el agua fría y la apoyo sobre mis ojos.


Después de unos diez minutos, me compruebo a mí misma en el espejo de nuevo. Mis ojos aún no se ven muy bien, pero definitivamente hay una  mejora. Me meto en un par de pantalones de sudadera y una de las camisetas de Pedro y me dirijo fuera de la habitación.


Salgo a la casa y llamo a Pedro. Él no responde. Miro en cada habitación y en el garaje anexo, pero no está aquí. Empiezo a entrar en pánico porque no hay manera de que me hubiera dejado sola en el estado en que estaba.


Fue entonces cuando le oigo gritarle a alguien fuera. Abriendo la puerta, veo a Pedro, a Pepper y a Abbi de pie junto a su camioneta.
Pedro comienza a golpear la puerta del lado del pasajero repetidamente.


Entre golpes que grita : ¡Estaba tan jodidamente asustada!   
- ¡Ella es mía! ¡Nadie se mete con lo que es mío!  
- ¡Ese hijo de puta está bien muerto!  
- ¡Encuéntrame a ese tarado ahora!  


En el último grito, el puño se estrella a través de la ventana del lado del pasajero, enviando vidrio a todas partes. Corriendo hacia él, tomo los lados de su mano y veo la sangre corriendo por su brazo y el goteo al suelo.


- Nene, ¿por qué hiciste eso? - pregunto con mi boca contra la suya.


Su boca se abre para contestarme, cuando oigo el estruendo de las motos viniendo en nuestra dirección. Mientras los miembros restantes de Mayhem entran en el camino de Pedro, él se aleja de mis manos y se dirige en su dirección. Se inclina a uno de los hombres que no reconozco todavía y dice algo, pero puedo escuchar lo que dice. El chico asiente en respuesta.  

Trato de hacer mi camino hacia él, pero Pepper agarra mi brazo y me detiene.


- Que se vaya. Tiene que hacer esto.


Vuelvo la cabeza hacia Pedro, mientras arranca una tira de material de la banda inferior de su camiseta negra. La envuelve alrededor de su mano sangrada y luego enciende su moto. Lanza una rápida mirada en mi dirección y luego se retira de la calzada junto con el resto de Mayhem,
dejándome con Pepper y su anciana.
 
  
Pedro por fin vuelve a casa en algún momento después de la medianoche. Puedo oírle hablar con Pepper y Abbi, después la puerta de entrada se abre y cierra de golpe. Una moto ruge su motor y luego se aleja.


Me acuesto despierta en la cama escuchando a Pedro caminar por la casa.


La puerta del dormitorio se abre sin hacer ruido y lo siento allí de pie al lado de la cama.


- Nena, ¿estás despierta? - susurra.


- Sí, no podía dormir. He estado tan preocupada por ti.  


Él se sube a la cama y me tira más hacia él, pero no habla. 


El silencio me está volviendo loca.  

- ¿Encontraste a Bruno? - le pregunto.


Siento su cuerpo moverse entonces dice: - No, el hombre es como un maldito fantasma. Comprobamos su casa, pero parece que nadie ha estado viviendo allí por un tiempo.  
»Hasta que podamos encontrar al maldito estúpido pedazo de mierda, no irás a ninguna parte sola. Si no puedo estar contigo, me aseguraré que alguien lo esté en todo momento. Antes de ir a ninguna parte, se aseguraré de que tengas imagen visual de uno de mis chicos antes de irte. Si no los ves, no irás a ningún puto lugar. ¿Me entiendes?  


- Te entiendo - respondo sin vacilar.


- Además, quiero que te mudes - conmigo. Te quiero en mi cama de forma permanente.


Pedro, sólo nos hemos conocido durante poco tiempo.  


- Me importa un carajo. Pertenecemos juntos. Eres mía y te quiero aquí conmigo en absoluto cada maldito momento. Ahora, ¿tienes un problema con eso, nena?  


- No, no tengo ningún problema con eso.  


En realidad estoy muy emocionada ante la idea de irme a vivir con Pedro. Después de todo él es único para mí.


- Tendré un par de las perspectivas para que cambias tu mierda por aquí, así que no tienes que preocuparte de nada.

- Está bien - digo .- ¿Averiguaste quién se supone que me vigilaría anoche?


- Sí, se supone que era el maldito Axel, pero literalmente, está atado con una rubia que se enganchó la noche anterior. Pateé su puto maldito trasero. - Sus brazos exprimen mi cintura y miro hacia abajo a sus manos,
notando la que está alrededor de una tira de su camisa, filtrando sangre a través de la tela.


- ¿Cómo está tu mano? - le pregunto.


- Bien, nena. No te preocupes por mí - murmura contra mi mejilla . Vete a dormir. Trata de olvidarte de los últimos dos días.


- Te amo Pedro.   


- Yo también te amo, cariño. Ahora duerme - ordena.


Con Pedro cerca de mí y envuelta en sus amorosos brazos, me siento muy segura y todo pensamiento de Bruno se coloca en la parte posterior de mi cabeza. Pronto me encuentro a la deriva en mi sueño.

4 comentarios:

  1. Wowwwwwwww, me fascina esta historia!!!! Buenísimos los 2 caps!!!

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  2. que lindos capítulos .. y comentario aparte, que machote es Pedro !! jajajajajajaj

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  3. Hermosos capítulos.Me encanta esta novela!!!!!!!!!!!

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