martes, 26 de agosto de 2014

CAPITULO 19



Noche en la ciudad
 

Me sentía muy emocionada por tener a Pato de visita el fin de semana. Realmente he extrañado tener a mi mejor amiga alrededor. Pedro me llevó al aeropuerto esta mañana a recogerla. Ella me abrazó y me besó cuando salió del avión y luego puso sus ojos en Pedro.  


Su espalda se encontraba frente a mí mientras decía :-Pedro, estoy tan feliz de conocer finalmente en persona.- Sus manos se deslizaron de inmediato hacia abajo y apretó su culo. Él se apartó de ella y se giró hacia mí con una mirada de asombro en su rostro.


Me reí y dije :- Es Pato; ella es así.- Me encogí de hombros.  

Si no estuviera tan segura de la forma en que tanto Pedro y Pato se sentían hacia mí, estaría preocupada. Pero sé que nunca harían nada para lastimarme.


Lo que nos trae al aquí y ahora.


- Así que, ¿dónde está el Sr. Culo sexy de Pedro esta noche? - inquiere Pato.  


- Está trabajando. - Hago pucheros, deseando que su sexy culo estuviera aquí ahora mismo.


- Bueno, no vamos a quedarnos. Vamos a patear la ciudad, Srta. Chaves.- Me sonríe diabólicamente.


- ¿Quieres ir a ver una película o algo así? - le pregunto.


- Por supuesto que no. Pensaba que deberíamos excedernos en todo,ir al Wilde Ride por una bebida, luego salir a un club de baile, conseguir nuestra bebida y bailar. ¿Suena divertido?


Choca mi cadera con la suya.


- Sí, Pato, suena divertido. 


- Vamos a prepararnos, nena - dice sonriendo como el gato Cheshire.  

Una hora más tarde, estoy estudiándome en el espejo y pensando que no hay una maldita oportunidad de que vaya a salir viéndome así. Un golpe en la puerta me sobresalta.


- ¿Vas a salir en algún momento de este siglo? - pregunta ella,claramente irritada conmigo.


- Patricia, no puedes hablar en serio sobre este vestido. No puedo salir viéndome así.


- Claro que puedes. Eres una chica que en serio se ve sexy. ¿Cuándo vas a darte cuenta de eso?


Me inspecciono una vez más en el espejo antes de dirigirme hacia la puerta y girar el pomo. Salgo del cuarto de baño hacia la sala de estar. Mi cabello ondulado cae sobre mis hombros. Mi maquillaje es un poco más profundo, con ojos ahumados y labios oscuros. Llevo puesto un vestido negro ajustado, atado al cuello, sin espalda y el largo es tan corto que debería ser ilegal. Mis accesorios son una cartera de lentejuelas rojas, un par de brazaletes de plata y pendientes colgantes.


No poseo ropa de este tipo, así que Patrcicia me obligó a ponerme prestado uno de sus vestidos.


Afortunadamente, no tengo cicatrices en la espalda y el vestido no revela ninguna de las de mi torso. El vestido, combina con mis sandalias de tacón de aguja de tiras plateadas, se ve bastante pasable para una noche en la ciudad. Me quedo ahí de pie inquieta e intento tirar hacia abajo el dobladillo del vestido. No estoy muy acostumbrada a usar ropa así.


Mirando a Patricia digo : -¿Estás segura en cuanto a esto? No estoy segura de que pueda salir vestida de esta forma.


Oigo un silbido y luego Pato dice :- Chica estás malditamente sexy,te ves ardiente. ¡Pedro te va a comer cuando te vea!


Suspiro. Una chica puede soñar.


- Te ves muy sexy también, Pato. 

También tiene mucho maquillaje Parece un poco más provocadora que yo . Su cabello rubio está recogido en la cima de su cabeza y sus rizos caen desordenadamente. Tiene un vestido rojo sin tirantes de estilo tubo que apenas cubre sus pechos y culo. Su calzado consiste de botas altas hasta el muslo de cuero negro. Sólo Pato puede salir vestida así.


- ¿Lista para salir, nenita? - pregunta. Asiento, a pesar de que todavía me siento bastante consciente sobre mi elección de ropa de esta noche.


Saco el teléfono de mi bolso y llamo a Pedro.   


- Nena, ¿estás lista?


- Sí. - Sonrío ante el sonido de su sexy voz.


- Voy a enviar a uno de los chicos a recogerte.


- Muy bien, gracias - le digo con dulzura.


- Te veo más tarde, cariño.


- Te veo en un rato, guapo. - Él cortó la llamada.


- ¿Así que entonces hay algunos otros motoristas calientes en el grupito de Pedro? - pregunta Pato.  


- Es un club de motoristas, Pato, no un grupito. - Le frunzo el ceño.


- Lo que sea - resopla.


- Claro, algunos de ellos es bastante buen mozo, pero ni de cerca tan calientes como Pedro.  


- No soy tan exigente como tú,Paula. - Pone su brazo a mi alrededor y las dos reímos.


Agarro mi gabardina y voy a ponérmela, cuando Pato dice :- No vas a ponerte eso, Paula. Te ves hermosa y no vas a cubrirte.


- Está bien - le digo con un suspiro, colgando mi gabardina de nuevo en el armario.


Exactamente veinte minutos más tarde, otro de los chicos de Pedro avanza en el camino de entrada en un gran SUV negro. Lo conocí en la fiesta que Pedro dio en la casa , pero al parecer no puedo recordar su nombre. Tan bien parecidos como lo son los muchachos, él definitivamente ha conseguido pasar. Es definitivamente mayor que nosotras, yo diría que por lo menos diez años. Pero ha conseguido tener esta vibra de súper macho y sexy con todos sus tatuajes y cabello rubio cenizo recogido en un masculino moño desordenado. Y, buen Dios, ese hombre se ve increíble en un par de vaqueros. Mirando hacia Pato, veo la forma de una amplia sonrisa en sus labios mientras nos abrimos camino hacia el hombre.


- Bueno, hola, sexy - ronronea retorciendo un mechón de cabello alrededor de su dedo. Ruedo los ojos hacia ella y río. Él asiente y nos hace señas para entrar en la SUV. Supongo que es un hombre de pocas palabras .- ¿Y tú eres? - añade ella. 

- ¿Por qué necesita saber mi nombre? - pegunta él.  

- Bueno, para empezar, mi madre siempre me enseñó a nunca entrar en vehículos con extraños. Pero también soy curiosa en cuanto a qué nombre voy a gritar más tarde esta noche.


Dios, esa chica no tiene vergüenza. Las esquinas de la boca del hombre se levantaron en la más diabólica sonrisa. 

- El nombre es Diesel - dice él añadiendo rápidamente :-Ahora vamos a entrar en el SUV.


Entramos y nos dirigimos hacia el Wilde Ride. Estoy bastante nerviosa porque Pedro nunca me ha visto vestida para una noche de discotecas; de hecho yo tampoco lo he hecho, esta es la primera vez para mí también. Unos quince minutos más tarde, estamos parando en el estacionamiento en el bar de Pedro. Salimos del vehículo y sin pensar, agradezco a Diesel por el paseo.


Él sonríe y dice : -Señoras, fue un placer. 

Pato le guiña un ojo y luego se vuelve hacia mí preguntando:
- ¿Crees que la perra estará aquí esta noche?  

- No. Creo que sabe que no debe mostrar su cara por aquí.

- Acabaré con ella en algún momento. Te das cuenta de eso, ¿verdad?


- Pato, vamos. Acaba con esto ahora. No creo que vaya a meterse más conmigo. Sólo vamos a olvidarnos de esto y pasar un buen rato esta noche. ¿De acuerdo?


- Está bien - dice ella, uniendo nuestros brazos, encaminándonos hacia la entrada del bar.


Entramos en el bar, pero no veo a Pedro en ningún lugar. Es una locura de ocupado las noches de los viernes. Hay gente por todas partes, en su mayoría mujeres, nada inusual allí. Vamos hasta la barra y cada una recibe una Budweiser, luego nos dirigimos a una mesa disponible.


Estamos bebiendo nuestras Buds cuando diviso a Pedro viniendo de la parte posterior con una caja de cerveza en sus manos. Él me ve al mismo tiempo y parece que casi deja caer la caja de cerveza. Su mirada se ve tan ardiente, que puedo quemarme espontáneamente en el sitio. Me vuelvo para encarar a Pato.


Pato está tomando un sorbo de su cerveza cuando la veo mirando por encima de mi hombro.  


- ¡Mierda! ¡Pedro está jodiéndote totalmente con la mirada justo ahora! - exclama ella, casi escupiendo la cerveza por la nariz . - Maldición chica, eres tan afortunada. Debes dar gracias a Dios todos los días por poner ese poste de luz en tu camino.

No lo sé.


- Estaré de vuelta en un minuto - le digo a Pato. 

- Será mejor que no me dejes aquí sola, para tener sexo sucio con tu hombre en la trastienda sobre una paleta de cajas de cerveza.


Ella me mira acusadoramente.


- Como si pudiera - le digo.


Gracias por la idea Pato. Ahora, eso es por completo lo que estoy planeando hacer. Poniéndome de pie, me dirijo a la barra. Pedro me mira con los ojos entornados. Es evidente que le gusta lo que ve.


- Hola, guapo, ¿cómo te va?


- Mucho mejor desde que he puesto los ojos en tu sexy culo -responde él con sus ojos recorriendo mi cuerpo.


- ¿Quieres ir atrás a tu oficina, Nene? - ronroneo.


Pedro inclina su cabeza hacia atrás, frotándose la cara con sus manos y gime.


- Tanto como esa idea me excita jodidamente, Nena, pero estamos desbordados aquí.


- Oh - le digo, mi voz mezclada con decepción. Saco mi labio en un puchero.


Pedro, da vuelta hasta mi lado de la barra, me enjaula contra esta y puedo sentir cuán caliente está su cuerpo desde la cabeza a los pies. Sus dientes capturan mi labio inferior y luego lo chupa dentro de su boca.
Liberando mi labio, su boca choca contra la mía dándome el beso más excitante.
Cuando sus labios cálidos se apartan de los míos, agarra los lados de mi cara con sus manos y dice:
- Cuando estés lista para salir del club esta noche, llámame. Diesel dejará caer tu culo borracho en casa y llevará a Pato de regreso a la suya.
Tan caliente como estás, maldita sea justo ahora, esto va a ponerse mucho más caliente más tarde esta noche y no necesitamos a Pato como audiencia.  


- ¿Por qué tengo que llamarte antes de salir? - le pregunto con curiosidad.


- Así puedo estar listo para ti - responde.  

Lame mis labios y me besa de nuevo.- ¿Podemos por favor avanzar rápido hasta el final de la noche?- Pedro luego me da la vuelta y palmea mi culo.  


- Ahora regresa tu agradable culo hasta tu amiga y voy a traerles dos cervezas más. - Suavemente me aprieta.


- Está bien - le digo.


Camino de vuelta a la mesa con un balanceo extra de mis caderas, sólo con la esperanza de que tal vez Pedro vaya a cambiar de opinión en cuanto a tomar en cuenta mi oferta de sexo en la oficina. Empujando mi silla y sentándome, Pato dice:
- Cómo pudo Pedro devolver tu sexy culo viéndose así, nunca lo sabré.
Ese hombre debe tener bastante fuerza de voluntad. Te ves tan caliente que casi quiero llevarte atrás yo misma. Por suerte para ti no juego de esa manera. - Pato menea sus cejas hacia mí.


- ¡Oh, Dios mío! Definitivamente no acabas de decirme eso. ¡Eres tan desagradable! - chillo, pero luego me río tan fuerte que me duele el estómago.


Pedro se acerca con nuestras cervezas y nos mira como si tuviéramos dos cabezas.


- ¿Qué es tan gracioso? - pregunta con una sonrisa.


- Sólo le decía a la encantadora señorita Chaves aquí cómo podría tomar esa oferta de un pequeño revolcón de oficina, ya que no estás interesado - explica ella.


La sonrisa de Pedro cae repentinamente.  

 
- No va a suceder. - ¡Oh Dios Mío! No puede estar celoso de Pato en serio, ¿verdad?


Pedro, ya basta. Está bromeando - digo antes de tomar un sorbo de mi cerveza.


- Sí, relájate Pedro. No estoy interesada en Paula. Carece de una pieza en su anatomía que es de vital importancia para mí. Un pene - le explica.


Pedro y yo nos miramos el uno al otro y rompemos a reír.


- Joder, es divertida - me dice todavía riendo. Planta otro beso en mi boca y se encamina de regreso al bar. 


Terminamos nuestras bebidas y decidimos que vamos a pedir una más antes de salir a la discoteca. Pato me dice que las buscará ella en esta ocasión y camina hacia la barra.


Segundos después de que se va, este chico de cabello maloliente y fibroso con una perilla saca una silla junto a mí. Pone su fornido brazo tatuado alrededor de mi cintura, tirando de mí hacia su cuerpo.  



- Voy a llevarte al callejón. Puedes joderme o mamarme. Las damas escogen - gruñe en mi oído.


- No lo creo. Soy la mujer de Pedro. No voy a ninguna parte contigo - le digo tratando de salir de su agarre, pero sus manos se aprietan alrededor de mi cintura.


- Me dices que crees que eres algo especial para ese idiota. Eres sólo una puta como el resto de las perras que trae por aquí. Ahora vas a salir de esa silla, caminar afuera al callejón y aliviarme ya sea con tu boca o tu coño.
¿Me entiendes? - ordena.


El pánico ni siquiera tiene la oportunidad de hundirse cuando de repente, Pedro está allí con mirada asesina. Su mano se extiende, agarra el cabello de la escoria y tira al tipo de su silla, haciéndolo que me suelte.
Literalmente arrastra al tipo por el suelo mientras él lucha y maldice,llevándolo fuera. Miro alrededor de la barra y es como que nadie siquiera se dio cuenta de lo que acababa de suceder, como si fuera un hecho común o algo. Pato todavía está de pie en la barra viéndose sorprendida,articulando “Santa mierda”


Me levanto y me dirijo a la entrada delantera. Una vez que estoy fuera puedo oír la voz de Pedro haciendo eco desde el callejón al lado del bar.


Nerviosa, me acerco más y echo un vistazo alrededor de la esquina del edificio. Al lado de un contenedor de basura, Pedro tiene al tipo agarrado por el cuello con uno de sus brazos contra la pared de ladrillo. Su otra mano está sosteniendo una navaja, la cual está pegada actualmente al lado de la garganta del tipo. Una pequeña cantidad de hilillos de sangre baja donde la hoja está presionando.


- Paula no es ninguna maldita puta de club en la que puedas meter tu polla. Ella es mi jodida mujer y si te veo incluso murmurándole una maldita palabra de nuevo, voy a cortar tu lengua. Si alguna vez se te ocurre en esa cabeza enferma tuya tocarla de nuevo, cortaré tu polla. Ahora, ¿estás entendiéndome? - lo amenaza Pedro.  


- Sí, te entiendo - grazna la escoria.


- Malditamente mejor. Saca tu mierda de aquí. No quiero ver tu cara por aquí de nuevo porque si lo hago, se va a poner real y jodidamente feo - sisea Pedro, sonando seriamente cabreado. Pedro quita la hoja de su cuello  
y lo libera. Observo mientras el chico casi me golpea cuando corre por delante de mí para huir. Cuando miro hacia atrás, los ojos de Pedro están fijos en los míos.


- Regresa al bar, nena - ordena severamente.

Ni siquiera lo cuestiono. Simplemente me doy vuelta y hago exactamente lo que me ha dicho que haga, con él detrás siguiéndome de cerca.


Tan cerca, que puedo sentir el calor de su cuerpo detrás de mí. Una vez dentro agarra mi codo y me lleva a su oficina. Se ve súper cabreado y yo estoy de algún modo temerosa de lo que va a decir.


- ¿Estás bien, cariño? - Su voz de repente se suaviza, tirando de mí hacia sus brazos. Mi cara está contra su pecho y puedo sentir su corazón latiendo rápidamente.


- Estoy bien, guapo - le digo disfrutando de la sensación de estar en sus brazos.


- Cristo. Casi perdí mi puta mente cuando vi a ese imbécil con sus brazos a tu alrededor. Y luego escuché lo que decía, sólo reaccioné. Ese pedazo de mierda es afortunado de que consiguiera salir de aquí con vida.


 ¡Mierda!


- Nene, de verdad estoy bien - digo tratando de tranquilizarlo. Y cuando digo esto, estoy diciendo la verdad. Curiosamente, estoy muy bien con esto. En realidad, es una especie de vuelta que él se sienta tan protector y posesivo sobre mí.


- Me viste ahí fuera. Así soy yo. ¿Estás diciéndome que estás de acuerdo con eso?


- Sí, nene. Te estoy diciendo que estoy bien con eso. Sí, a veces me asustas muchísimo, pero te amo y nada de lo que hagas va a cambiar eso - le digo, inclinándome y colocando un suave beso en sus labios.


- ¿Todavía te sientes como para salir al club con Pato después de todo lo que acaba de pasar?


- Estoy bien Pedro. Pato y yo realmente necesitamos este tiempo juntas esta noche. Diesel estará con nosotras esta noche, así que todo está bien.


- Está bien, nena. Ten cuidado.


- Voy a ser muy cuidadosa, guapo. No te preocupes.


- Cuando no estás cerca de mí, me preocupo del carajo.


Nos dirigimos de nuevo hacia el bar. Pato aún seguía parada allí,esperándome con dos cervezas más. Las bajamos rápidamente, de pie en la barra. Cuando hemos terminado, me inclino sobre el mostrador besando a Pedro para despedimos y nos dirigimos hacia la puerta.
Diesel está esperando por nosotras y nos dirige a este nuevo club de baile llamado Pulse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario